39 El sabor de la sal.

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Bitácora día 1.

Jorge E. Abello, biólogo marino.

El día de hoy me encuentro en el mar rojo del lado africano para ser exactos, estoy aquí a modo de investigador y explotador.

África es un país con avistamientos de criaturas especiales y extrañas ante los ojos de la ciencia, no cualquiera tiene la oportunidad debido a que algunas tribus son un poco agresivas, por suerte la tribu que me a acogido ha sido bastante amable y trato de ser lo menos intrusivo posible, incluso me han marcado como su 'hermano blanco'.

El joven biólogo vestía una bermuda y camisa de manga corta junto con un sombrero que le cuidaba el rostro de los rayos del sol, llevaba consigo su bloc de notas y un maletín con todo lo necesario para tener muestras.

Ser un investigador marino no era tarea sencilla o no tan divertida, se sentaba durante varias horas cerca del mar, era fresco y caliente al mismo tiempo. La brisa era refrescante amortiguando un poco el terrible calor de Sudán.

En su primer día aquí no pudo ver nada que le importará o aportará a su investigación de 'descubrimiento de nuevas especies' pero era muy joven para perder la paciencia tan pronto, así que recogió sus cosas y se dirigió a su tienda donde descansaría y se pondría un paño húmedo sobre esas mejillas rojas.

—¿Lam tajid shayyana?—Un pequeño niño de piel negra se acercó a Jorge, pero no entendió nada de lo que decía, tan solo podía decir hola, adiós, si, no y por favor, por suerte había un joven que hablaba el español de una manera entendible y era su traductor personal.

—El pregunta, si tú encontraste algo.—Dijo Yen, así le decía Jorge ya que no podia pronunciar su nombre.

—Oh, no me temo que hoy no, pero es el primer día, todo bien.— Explico mientras vertia el agua de su cantimplora en su cuello.

Yen le hablo el su lengua al pequeño y el volvió a decir algo.

—Yajib 'an takun hadhirana mae al'asmak alati yakhudhuha alnaas , fahi jamilatun.— El pequeño señalaba en dirección a la costa.— 'iinahum yutaridunak walan taeud abdana. hadha ma yaquluh jadi.—Volvió a señalar pero está vez a un anciano sentado en la sombra.

—Dice que debes tener cuidado con los peces que se llevan a los hombres, son hermosos y te hechizan. Su abuelo le a contado. Ese de allá — Yen señaló al anciano de sombra Jorge escuchó la historia pero no sé sorprendió demasiado, era obvio que la gente tuviera este tipo de mitos y leyendas, después de todo el mar era inmenso.

—Dile que tendré mucho cuidado y me gustaría saber más sobre esos peces.— Yen tradujo su petición y el chico sonrió corriendo a dónde su abuelo.

—¿No le crees verdad hermano?— Preguntó Yen con una sonrisa y Jorge sonrió ligeramente, no trataba de ofender.

—No es eso, solo que soy un biólogo un hombre de ciencia, no de magia...— Explico retirándose la camisa exterior.

—No es magia, es la verdad y si debes tener cuidado si no te llevarán.— Se acercó a él.— Los que no creen son los que desaparecen.— Jorge frunció el ceño.

—¿Haz visto alguno?— Preguntó con curiosidad.

—No, yo si creer en ellos.— Sonrió.— Pero mi padre desapareció hace años en la orilla, él no lo hacía.— Señaló la misma costa.

—¿Y como saben que no fue otra cosa?— La incredulidad volvió en el tono de Jorge, lo criaron para investigar, no para creer.

—Siempre quedan cosas de la persona en la orilla y una perla negra. Muerte.— Jorge de rascó la nuca... ¿Sería posible? Se preguntó distraídamente y negó ligeramente.

One Shot's los que guste y mande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora