One Shot's los que guste y mande.

32 Tensión.

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Eran las diez de la noche y como era habitual saldría a escena, si, un empleo nocturno.

Era mi turno en la pista, no es por alardear o tal vez si, pero soy la estrella en las noches, Pool Dance.
¿Cómo llegué aquí? Ni siquiera recuerdo, no es un trabajo al cual le tenga mucho aprecio pero es lo que mejor sé hacer.

El trabajo era muy, muy bien pagado, solo era nocturno, pero había que aguantar a ciertos hombres irrespetuosos.

Al terminar mi show, regrese a detrás del escenario, cuando me tope con uno de esos hombres irrespetuosos.

-¡Hey! ¿Por qué no vienes aquí y me das un baile privado, muñeca? - Un hombre alto y algo obeso, con un apeste a alcohol.

-Mmm no gracias, no doy bailes privados.- Recogí mi mochila que estaba en el suelo.

-Te voy a pagar.- Se acercó a mí y rozó su mano con mi pierna.

-¡Dije no!- Me tomó del rostro y plantó un beso fuerte y asqueroso sobre mis labios, forcejeamos y caímos al piso en un ruido espantoso.

Sus asquerosas manos comenzaron a tocar partes de mi cuerpo, y con una mano tapó mis gritos, creí que sería mi fin... Hasta que alguien apareció.

El alivió que sentí cuando el enorme cuerpo fue apartado de mí, los hombres comenzaron a forcejear y yo me encogí de piernas rápidamente y me hice a un lado mientras limpiaba mis lágrimas y rimel, un desastre.

El hombre más delgado había impactado un fuerte puñetazo en el agresor.

-¡Aléjate¡ ¡Ella será mía! - El maldito obeso impacto al otro chico contra la pared, me levanté y lo golpeé con una botella que se encontraba en el suelo.

El otro joven aprovechó que la ira estaba dirigida hacía a mí y le dió un gran golpe en el rostro con el que finalmente lo hizo caer.

-¿Estás bien? - Extendió su mano hacía mí, ambos estábamos muy agitados.

-Si. No tengo palabras para agradecerte...- Rápidamente me lancé hacía él en un abrazo.

-No deberías, yo solo quise ayudar... No tiene derecho a...- Bajo la mirada.

-Soy Ana.- Sonreí.

-Luis, Luis Mesa... un placer.- Sonrió.- Hombres como él no deberían estar aquí.- Empujó sus lentes hacía arriba.

-¿Y que clase de hombre eres tú? No creo que seas un irrespetuoso eso lo doy por sentado, entonces ¿Que haces aquí? - Sonreí y crucé los brazos.

-Oh, yo-yo pues, una despedida de soltera de un amigo del trabajo...- Era muy gracioso ver lo nervioso que estaba.- ¿Y tú porqué estás aquí? No deberías estar metida en este lugar...- Baje la mirada.

-No es el mejor trabajo, pero alcanza para sobrevivir.- Recojí mi mochila nuevamente y sonreí.

-¿Y si tuvieras otro trabajo?- Oh vaya...

-¿A qué te refieres? Luis.- Puse mis manos en las caderas.

-Yo- puedo ofrecerte un nuevo trabajo... y-o- bueno de secretaria... sabes no es la mejor paga del mundo, pero mi jefe no es tan malo y no tendrías semejantes tratos.- Volvió a empujar sus gafas.

-¿En serio? ¿Yo? ¿Por qué yo? Es decir ¡Wow! Pero no sé nada de eso... no creo ser eficiente.- Sonreí triste.

-¿Aprendes rápido? - Sonrió.