Aún la miraba cuando ella estaba dormida, todas las noches. Aún temía que ella desaparecería en algún momento y que esa luz blanca me regresaría a ese lugar del que logré escapar. Pero con cada día que pasaba más me convencía que una pequeña parte de mi y de mi arrepentimiento, la merecía.
Al principio me sentí raro al llegar a una Ecomoda distinta, Marcela no me odiaba y eso era algo que me dejaba dormir, así como el insusitado cariño que mi papá expresaba por mi y mi familia; mamá por su parte estaba encantada con la idea de ser abuela una vez más y mimaba mucho a Betty.
Me encontré más de una vez mirándolos desde la mesa del comedor de la casa de mis papás. Camila en el regazo de su abuelo mientras le decía que los chícharos la harían fuerte y grande, a lo que Camila fruncia el ceño, tal vez como yo. Mamá hablaba con Betty del cuidado del embarazo y le mostraba toda la ropa para bebé que había comprado, mi Betty sonreía y me miraba con sus mejillas rosadas por toda la atención que tenía sobre ella.
No creí tener esto alguna vez y muchas veces volvía a temer perderlo todo, a veces recordaba todo el daño que había hecho y un nudo se producía en mi garganta, sabía que esto no era producto de mis antiguas estupideces pero aún dolía darme cuenta de todo el dañó que pude causar.
Betty a veces despertaba cuando me encontraba sentado tratando de aliviar el nudo de mi garganta con pequeñas lágrimas. La primera vez fué fácil disuadirla que eran lágrimas alegres por el bebé en camino, la segunda vez dije que el cambio hormonal podría hacerme daño a mi también, pero se me estaban acabando las excusas así que recurría a huir de la cama y sentarme en el sofá. Normalmente ponía el vídeo de nuestra boda, me hacía sentir bien.
Estaba cerca del final cuando escuché los pasos de Betty, ella se acercó y se sentó a mi lado recargando su cabeza en mi hombro.
—¿Qué es lo que encuentras tan fascinante en ese vídeo?— Preguntó suavemente.
—Es un recuerdo lindo.— Sonreí recargando mi mejilla sobre su cabeza.
—Los recuerdos están aquí.— Sus cálidos dedos tocaron mi pecho.— Y aquí.— Subieron suavemente hasta mi sien.
—¿Cuando te volviste tan sabia?— Pregunté con una risita.
—Desde Camila preguntó de dónde vienen los bebés.— Rió entre dientes.— Y porque su papi parece tan triste todas las noches.— La risa de ambos cesó de pronto y ambos nos miramos.
—¿Que le dijiste?— Pregunté suavemente.
—Que me aseguraría que él estuviera bien y feliz. Ahora dime ¿Que ocurre Armando?— Sentí algo frío atrapar mis entrañas.
No tenía casi explicar lo inexplicable, ella no sabía nada de ese pasado o lo que fuera, simplemente no tenía caso.
—Tengo miedo de que ustedes desaparezcan.— Mi lengua se movió rápido y me sentí estúpido con esa declaración así que miré a otro lado.
—Nosotros no iremos a ningún lado, que no sea donde estes tú.— Ella giró mi rostro tomando mi mandíbula y mirándome directamente a los ojos.— Estamos justo aquí.— Tomó mi mano y la colocó sobre su abdomen.
¿Aún estaba segura de que cada fibra de mi la merecía?
Mis lágrimas querían salir pero me obligué a controlar eso al menos.
—Estamos aquí contigo, somos tuyos en cada hora del día.— Sonrió.— Y no me atrevo a estar en otro lugar donde no estés tú Armando, eres mi esposo, mi amigo y mi colega. No podríamos desparecer de ti o de tu vida, somos uno ahora.— Sus dedos se entrelazaron con los míos y subió sus labios hasta que me besó.
Cuando nos recostamos en la cama, está vez la miré con demasida admiración y alegría. Ella había acomodado cada pieza que me moelstaba con sus simple presencia y declaración.
La acomodé en la cama y cuando me acosté a su lado ella se movió hasta descansar su cabeza sobre mi pecho, la abracé más a mí y besé su cabello crespo.
—Necesito una nueva almohada.— Rió entre dientes acariciando tu pecho.
—Seré una.— Suspiré satisfecho.—Te amo.— Susurré.
—Y yo a usted lo amo Don Armando.—Su risa se desvaneció con el sueño y mis lágrimas está vez fueron felices.
Hello There.
No tengo inspiración paro algo nuevo, pero si algo reciclado.
Si, es una 'secuela' mal hecha de regalo no deseado.
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One Shot's los que guste y mande.
FanfictionSon historias cortas, variadas de cualquier categoría. Ninguna tiene continuación u orden en específico. A darnos vuelo.