49 Deseo.

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Habían pasado tres años desde que había terminado la gira de “YSBLF” y la misma cantidad desde la última vez que había visto a Jorge.

Desde entonces había recibido mensajes de él, preguntaba cómo estaba, y nos manteniamos al tanto. Supe que Jorge se casó fuí invitada pero no estaba en condiciones de ir, estaba 'lejos de la ciudad' o eso fué lo que dije, no me molestaba que él se casará después de lo ocurrido, o que ocurriera mientras estaba comprometido, lo que dolía y molestaba era las circunstancias en las que nos encontrábamos... Confesó amarme en un momento tan íntimo y tan vil al mismo tiempo, él no era más o menos culpable de lo que había ocurrido...

Nunca volvimos a hablar de lo que sucedió en ese momento de ceguera, pasión y me atrevo a decir, amor... fué lo mejor, sin embargo había secuelas de ese acto, no solo el recuerdo en la piel, en el corazón y la constante ráfaga de pensamientos hacía él, había algo más, algo de lo que hiciera lo que hiciera no desaparecería y tampoco es que quiera que eso suceda.

—¡Mami! ¡Mira! — Camila...

—Si mi amor, hemos llegado a Bogotá.— Camila sonrió y no apartó la mirada de la ventana hasta que aterrizamos.

Camila era la viva imágen de ambos, tenía su nariz y color de ojos, eran grandes como los míos y el cabello, bueno ambos lo tenemos negro, es sumamente alegre y tímida con ciertas personas, pone su dedo en la barbilla como lo hacía Jorge, es... mi vida entera.

Cuando me enteré que estaba embarazada me llené de un pánico, no sabía que hacer o que decir, o a quién, A Jorge no, eso era seguro.
La boda de Jorge había sido unas semanas después de que me enteré, no había opción de abrir la boca con él. Todo mundo preguntó que ocurría, mi respuesta: inseminación artificial. Usaba ropa holgada cunado la pancita comenzó a asomarse de más y dejé de salir para nadie, en ningún lado publicará la jugosa nota: “Ana María Orozco embarazada.” La gente podía podía especular y no estaba para eso.

Me fuí con Camila de Colombia, no pretendía alejarla de su padre pero ¿Cómo decirle? ¿Cómo ver a la cara a su esposa? Y decir que esto fué lo que ocurrió, cuando y dónde.

Por azares del destino tenía trabajo en Bogotá, así que debía volver con suerte podría evitar a Jorge una vez más, aunque sinceramente dudo que ocurra, soy una figura pública y en cuanto sepa que estoy aquí querrá verme y no existirá la excusa perfecta para no verlo y que no conozca a Camila.

Llegamos a un hotel, Camila estaba dormida había caído rendida cuando tomamos el taxi. Mañana tendría una entrevista en televisión nacional.

Cómo era de esperarse, al despertar a la mañana siguiente había mensajes de Jorge y varias llamadas perdidas, que no contesté por el cansancio del vuelo.

¡Estás en Bogotá! ¡Debemos vernos Anita!

¿Por favor? Dime qué tienes un espacio, tengo tanto que contarte...

Besos y abrazos, Anita.

Suspiré pesadamente y me llevé una mano a la frente... ¿Que le diría de Camila? Algo bueno se me ocurrirá.

Vi a Camila salir de la habitación e inmediatamente sonreí, tenía su cabello hecho un nidillo de pájaros, venía arrastrando una almohada y con la otra mano tallaba su pequeño ojo.

—Mamí ¿Aquí también hay panqueques? — Me acerqué a ella, la cargué y besé haciéndola sonreír.

—Por supuesto que sí mi princesa, mira que está por allá.— Señalé a la barra donde sus panqueques en forma de flor (sus favoritos) estaban perfectamente acomodados con miel de maple y fresas.

One Shot's los que guste y mande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora