Capítulo 20

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Falco se miró una última vez. Su aspecto no podía ser más perfecto. Tenía puesto un costoso traje verde oscuro hecho a medida confeccionado por el mejor sastre de Londres y unos zapatos hechos por el mejor zapatero. Tocó el bolsillo interno de su chaqueta solo para confirmar que tenía todo lo que necesitaba. Aquella era la noche, él confiaba en que conseguiría todo lo que quería y necesitaba y luego todo habría acabado para bien.

Se presentó con gracia y elegancia en el hotel y presentó la invitación a la fiesta. Un hombre con traje confirmó su nombre en una lista y luego lo dejó pasar. Cruzó con elegancia la lujosa recepción hasta el salón principal. Le había dado la noche libre a Sweec ya que no lo necesitaría y su guardián se había mostrado preocupado pero no había desobedecido su orden. Él se detuvo ver a una joven con una copa y reconocerla. Sonrió ante su inminente victoria mientras la observaba, ella era hermosa.

Lizz se mantuvo de pie con una copa en su mano. Le había sido demasiado fácil infiltrarse, había sido cuestión de entregar la invitación y dar un nombre falso que ella sabía que estaba en la lista. Tenía puesto un fino vestido verde oliva que remarcaba su delicada silueta y el cabello recogido de un modo que parecía desordenado pero elegante y con gracia. Tenía unos gruesos brazaletes en la mano derecha y unos preciosos zapatos de terciopelo negro.

Tocó la fina cadenilla alrededor de su cuello y el corazón que colgaba de ella. No pudo evitar sonreír mientras recordaba el día vivido. Liam estaba haciendo un gran esfuerzo por comportarse mejor con Damon o quizás simplemente el entusiasmo del día lo había hecho olvidarse antes de salir con sus compañeros. De todos modos ella seguía un poco desconcertada con lo sucedido en la calle cuando se había despedido de Damon porque tenía que volver para cambiarse. Él había puesto una mano sobre su mejilla y la había besado de un modo imposible de olvidar, suave e intenso a la vez.

—Aférrate a ese beso —Había dicho.

Luego él simplemente le había acariciado el rostro de un modo profundo y casi con preocupación antes de despedirse. De todos modos, el recuerdo de la noche anterior seguía grabado en su memoria a fuego, una noche perfecta e imposible de olvidar. Lizz suspiró, realmente había valido la pena a pesar de todo lo que seguía a continuación.

Ella tomó un ligero sorbo de la copa que sostenía y la dejó sobre una mesa al sentir el inconfundible sabor del alcohol. Era ridículo no tomar en Saint Patrick pero aún así. El salón estaba teñido de verde en diferentes tonalidades, las personas, todas criaturas, hablaban entre si y estaban vestidas elegantemente. Había música de fondo pero nadie parecía desear bailar, tan solo tomar y comer. Ella no podía actuar hasta que la anfitriona no apareciera, entonces Lizz podría libremente ir a su suite y robar las castañuelas de esmeralda que había oído que estaban en su posesión. Lamentablemente ya había pasado más de una hora y la anfitriona seguía sin aparecer.

Caminó entre las personas sin desear llamar la atención y se detuvo a mantener una charla con un joven. Este le ofreció una copa y ella se negó y luego se excusó al abandonarlo con la necesidad de ir al baño. Tuvo que excusarse varias veces cuando más jóvenes la detuvieron, no deseaba que nadie la viera o le prestara mucha atención como para poder luego delatarla por el robo que haría. Aún así, ella confiaba en que el alcohol consumido por el día haría más fácil de cubrir todo aquello ya que nadie recordaría tan bien como para llegar a poder delatarla o algo por el estilo.

Entró en el lujoso baño totalmente hecho de mármol blanco y se inclinó para mirarse al espejo. Su maquillaje continuaba perfecto e intacto, su apariencia no podía estar mejor. Se sonrió, solo un poco más. Una y otra vez se repitió que sabía perfectamente lo que estaba haciendo y que todo saldría bien y no tenía por qué preocuparse. Salió del baño y se detuvo al creer reconocer a alguien entre la multitud pero cuando se acercó hasta el lugar ya no había nadie.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora