Capítulo 17

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Él se despertó casi gritando ante su pesadilla. Su respiración era completamente agitada y su corazón latía con un ritmo descontrolado a causa del pánico. Se llevó ambas manos al rostro y negó una y otra vez lo que había sucedido. Una pesadilla, un mal sueño, nada más que eso. Una mala pasada de su mente, una terrible ilusión pero a fin y a cabo nada real. Respiró profundamente en un intento por calmarse y olvidar lo sucedido mientras tiraba fuertemente de su cabello hacia atrás. Odiaba soñar, podía parecer bueno al principio pero entonces terminaba de algún modo horrile y desgarrador, una terrible pesadilla o un recordatorio de dolor.

Se sobresaltó al ver que Lizz estaba de pie junto a él y retrocedió casi golpeándose la cabeza al hacerlo. Había sido un sueño, no podía haber sucedido realmente. ¿Verdad? Pero ver el pañuelo atado a su cuello y cubriendo la piel tan solo lo aterraba más. ¿Era el mismo pañuelo que él habia llevado puesto en su sueño? Intentó pensar con claridad, aquello era imposible. Se relajó recordando que aquel era el pañuelo que ella había comprado dias atrás y que posiblemente fuera solo una coincidencia. De todos modos no estaría seguro hasta no ver su cuello.

—¿Qué haces aquí? —preguntó.

—Al parecer ponerle fin a una terrible pesadilla —dijo ella y se dio vuelta—. Lady Gwe te ha mandado su regalo de bodas.

Lizz pateó una pequeña esfera roja recubierta de hielo al otro lado de la habitación. Damon miró su mano, estaba helada y dañada como si hubiera estado mucho tiempo en contacto con algo extremadamente frío. Sus dedos estaban congelados y había pequeñas marcas de uñas sobre su piel. Y su muñeca dolía terriblemente, como si le hubieran clavado algo allí. Se ocupó de la herida y el dolor y miró a Lizz. Ella estaba de espaldas, abriéndose camino dentro de la habitación.

—Elizabeth me mandó aquí a buscar algo que olvidó aunque creo que la idea de ella era que viera y supiera lo que estuvieron haciendo, como si me importara —dijo Lizz y pateó una prenda que había en el suelo a un lado—. Veo que tu vida con ella sigue siendo como siempre fue. Deberías agradecerme, no parecías estarla pasando nada bien en ese sueño.

—Fue una terrible pesadilla —dijo él y ella le sonrió con diversión al mirarlo.

—¿Qué sucedió? ¿No te acordabas cómo desvestir a una mujer?

—Era todo un trabajo en el siglo diecinueve. ¿Por qué era necesaria tanta ropa?

—Tienes una mordida en tu cuello —dijo ella sin mirarlo.

Él rápidamente se ocupó de hacer desaparecer aquella mordida sin desear que ella la viera un segundo más. Odiaba que lo vieran tan expuesto como lo que en realidad era. Se levantó y se vistió sin perder ningún segundo. Lizz seguía de pie a un lado, observando la congelada esfera que yacía en el suelo. Él la miró esperando que hubiera superado lo de ayer. Los miedos de la pesadilla anterior quedaron de lado al fijarse en los delgados brazos de ella esperando que no hubiera vendas debajo.

—¿Qué hiciste ayer?

—No me he cortado si es eso lo que quieres saber.

—Él te culpó Ailish, y realmente no estabas nada bien —dijo Damon y ella se dio vuelta para mirarlo.

—Estoy bien —dijo seriamente—. Y no he hecho nada. Escucha, realmente estoy intentando no volver a caer en eso. No tengo ningún corte o herida hecha por mano propia.

—A Liam no le gustaría —dijo él y supo por la mirada de molestia de ella que se contenía de decir realmente lo que quería.

—No, supongo que no —dijo y volvió a fijarse en el helado objeto en el suelo—. Parece que Lady Gwe le ha dado su toque personal a un Tichkri. Perfecto, con lo que odio tratar con estas cosas.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora