Caminó a lo largo del Támesis hasta que anocheció, hasta que en plena oscuridad escuchó una suave melodía de flauta traversa y entonces rápidamente se ocupó de perderla. Sabía que debía haber monarquistas en Londres, al menos uno, pero no deseaba encontrarse con él o ella. Ellos debían estar al tanto de que él había develado la existencia de dependientes a la Sociedad y seguramente no estarían nada contentos por eso. De hecho, gracias a eso Elizabeth debía conocer su ubicación exacta.
Cuando llegó al hotel ya era demasiado tarde para hacer otra cosa que quedarse en su habitación. No deseaba salir, la noche siempre era peligrosa para cualquiera que no fuera él y delataba su presencia, algo que quería evitar. Buscó en su bolso, encontró una de las pocas botellas de sangre que le quedaban y se sentó en el alféizar de la ventana a observar el exterior. Hizo girar la botella entre sus manos y observó su contenido. Suspiró ante la posibilidad de tener que morder a alguien si las cosas continuaban así. ¿Quién sería? Pensó un segundo en Lucy y supo que no podría morder a Marianne por más que seguramente fuera la persona más cercana.
Destapó la botella y tomó un trago. Lentamente y con la vista clavada en el exterior se embriagó con aquella sangre que en realidad no lo era y no le provocaba nada más que permitirle continuar viviendo sin ningún problema serio. Resultaba ser una ciudad hermosa por más que no había tenido el tiempo de admirarla, por más que seguramente había estado antes y no lo recordaba.
El día siguiente no fue diferente. Se presentó en la Sede a primera hora como siempre debía. Tampoco hubo rastro de Lizz por más que aquella vez no lo sorprendió. Internamente estaba preocupado por ella por más que Mason aseguraba que Xavier no le había hecho nada. Por más que sabía que ella estaba bien aún así se preocupaba.
La elite estuvo ocupada toda la mañana discutiendo sus asuntos y buscando soluciones. Partieron al mediodía y volvieron a la tarde sin nada. No encontraron a Nicholas, tampoco a Riley. Estabas molestos y susceptibles por su falta de éxito tan acostumbrados a salirse con la suya siempre y no poder aceptar que dos sencillos cazadores los estaban burlando tan fácilmente.
Aquello dejó a Damon con todo el día libre sin ningún escolta pero con la estricta orden de permanecer dentro de la Sede para que las cámaras lo mantuvieran vigilado. Nuevamente se ocupó de todos los heridos y personas que necesitasen atención que encontró. Una vez se cruzó con Charles, él lo miró con odio pero con respeto por lo que había hecho. Damon no dijo nada, simplemente lo ignoró y continuó con lo que estaba haciendo.
Buscó a Lucy todo el día pero no logró verla. Cuando finalmente pudo encontrarla ella lo miró con los ojos llorosos desde el otro lado del pasillo y luego volvió a desaparecer. Ella lo estaba evitando y aquello no parecía una buena señal. Fuera lo que fuera que hubiera visto le había provocado aquello. Él simplemente se resignó a lo que le esperaba.
No pasó por alto el ambiente que había en la Sede, casi esperaba que al momento de partir lo detuvieran y le dijeran que debía presentarse en una corte. Pero no fue así, él sabía que toda la elite debía estar presente por razones de seguridad durante su juicio y aún faltaban tres miembros además de Lizz que tenía el día libre. Lo que sí lo tomó por sorpresa fue la gran presencia de medios, tanto de la Sociedad como del mundo de las criaturas, y tuvo que arreglárselas para evitarlos.
Solo cuando estuvo nuevamente en la habitación del hotel pudo estar en paz. Cerró los ojos durante unos minutos y se relajó. Posiblemente se quedó dormido ya que la próxima vez que abrió los ojos ya era de noche. Pidió que le trajeran cerezas a la habitación y entonces se sentó en el suelo con ellas y una botella de sangre. Pensó en que si seguía racionando debería tener lo suficiente para casi una semana pero a su vez no podía tomar demasiado poco porque su juicio estaba demasiado cerca y necesitaba estar fuerte para entonces. Aquello era un callejón sin salida, necesitaba pensar con claridad lo que haría respecto a la sangre.
ESTÁS LEYENDO
Presa (Cazadora #2)
AdventureLizz y Liam Dunne son miembros de la Sociedad, personas dotadas con diferentes habilidades para ser capaces de mantener la paz entre el mundo humano y el paranormal. Con solo diecisiete años, los mellizos han burlado a la muerte más veces de lo que...