Presa (Cazadora #2)

Final Segunda Parte

—Gwe está indignada —dijo Fae y se acercó hasta el amplio ventanal para ver el día—. Te arrodillaste y le suplicaste a una humana.

—¿Debo recordarte que tú le pediste matrimonio a esa humana? —preguntó Falco sin mirar a su hermano.

—Las flores más bellas pueden crecer en los lugares más insólitos hermanito. Será una verdadera lástima si ella muere, esperemos que así no suceda.

—¿Qué es lo que quieres Fae? Si has venido aquí para molestar te pediré que te largues o yo mismo te echaré.

Fae continuó mirando el exterior, en silencio. El día resultaba claro y pacífico. El cielo estaba despejado, el frío de las Tierras del Norte resultaba suave, el viento paseaba con armonía. El Otro Mundo estaba en paz, algo que ellos no habían visto mucho últimamente. Fae siempre había sido el mayor de los hermanos, incluso mucho mayor que Shy mientras aún estaba viva. Los años de Vynx no se contaban igual que los humanos, el tiempo era subjetivo para ellos.

—Si tu querida cazadora no me hubiera encontrado y salvado yo posiblemente hubiera muerto al igual que Shy —dijo Fae—. Somos más vulnerables de lo que crees Aar. Ya han roto la seguridad de la Corte una vez y han intentado acabar con nosotros. Debemos ser fuertes, debemos resistir, debemos defender a los nuestros. Porque si nosotros caemos entonces no habrá nadie para defender y guiar al pueblo. Nuestro lugar está aquí. Lo sabes.

—La están enviando sola a defender el corazón del Otro Mundo —dijo Falco.

—Algunos sacrificios son necesarios. Todo forma parte de un algo y cada pérdida no es en vano.

—Es fácil decirlo para ti cuando no tienes sentimientos ni sabes lo que es lidiar con tales.

—Shy era la única persona que me comprendía y no me creía alguien extraño. Pero ahora ya no está. ¿Verdad? Nuestra querida hermana. Murió. Gwe, tú y yo logramos salvarnos pero ella no. Tú no estabas al momento del ataque, Gwe logró salvarse por su cuenta pero yo fui salvado. Y Shy no. Todos tenemos un rol que cumplir Aar, todos debemos perder algo para ganar —dijo Fae—. Algunos lo deben perder todo, otros la vida, otros las personas que los complementan, pero todo eso sucede para un bien mayor.

—No me digas lo que ya sé.

—Entonces simplemente acéptalo. Tú deber fue asegurar la supervivencia de Lizz Dunne hasta que su participación fuera necesaria y eso hiciste.

—¿Y cuál es el rol de ella en todo esto? ¿Morir? —dijo Falco molesto.

—Su rol es enfrentarse a Damon Moore, supongo que ellos decidirán quién sale vencedor de aquel enfrentamiento. El destino puede ocuparse de preparar el tablero pero somos nosotros quienes debemos jugar. Cada uno de nosotros decide qué jugada hacer a partir de lo que tenemos.

—Sabias palabras para alguien que no ha hecho nada hasta el momento.

—Haré mi jugada a su debido tiempo. Los pequeños actos pueden ser quizás los fundamentales. La esperanza no existe si la ausencia no lo hace. La esperanza está para reemplazar un vacío. La primavera llega para revivir lo que el otoño mató y dejó al invierno —dijo Fae y miró su mano—. No eres el único con trucos Aar. Hace mucho que no utilizo mi magia en humanos y eso es porque la mía es más extraña y de escasa oportunidad a diferencia de Gwe o incluso de ti. El miedo y el deseo siempre existen pero lo mío no es tan sencillo.

—Ten cuidado con lo que hagas —dijo Falco mirándolo seriamente.

—No es tu asunto hermanito, no te involucra. El inconveniente de mi magia es que se necesita la presencia de dos partes, esperemos que el sanador todavía no haya abandonado este mundo.