Capítulo 5

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—¿Qué es todo eso? —Preguntó Damon.

—Todo eso es basura —Dijo Riley—. Libros y cuadernos llenos de ejercicios y demás cosas innecesarias.

—¿Qué contienen? —Preguntó él.

—Te contaré algo. No sé cómo sea la ley de donde vienes. Aquí los cazadores no estamos obligados a estudiar o a ir al instituto. De hecho, no tenemos tiempo para eso. Ser cazador es un trabajo a tiempo completo y no es nada sencillo a veces —Dijo Riley—. Es por eso que la mayoría no se preocupa ni le interesa estudiar. Y lo cierto es que poco nos sirven esos estudios. Todo lo que necesito saber ya lo sé. Pero a diferencia de todos Lizz estudió por su cuenta. No es algo que muchos sepan. Solo su hermano y yo. Los demás cazadores se burlarían de ella si lo supieran. Hay algunos que hasta ni saben escribir.

—Ustedes tienen un modo de vida bastante peculiar —Dijo Damon—. ¿Siempre están de caza?

—Hacemos lo que deseamos. Y a fin de cuentas, eso es lo que importa —Dijo Riley—. Soy feliz, y ella es feliz. ¿Entonces por qué esto debería de cambiar?

—¿La quieres mucho? —Preguntó Damon y Riley suspiró.

—Es difícil no quererla. La conozco desde hace años, hemos vivido demasiadas cosas juntos. Al principio ella no me gustaba mucho —Dijo Riley y sonrió ligeramente—. Sabes, los Black Knights era un grupo solamente de hombres. Ella fue la primera mujer y parecía tan pequeña en ese entonces, mucho menor de lo que era. Recuerdo que en ese momento no me caía muy bien. Creo que estaba celoso de que ella fuera tan buena como para hacer que el líder dejara cualquier regla de lado y la aceptara.

>>Y entonces un día estaba en un serio problema. Hubiera muerto si ella no me hubiera encontrado. Se quedó conmigo, a mi lado, sosteniendo mi mano a pesar del modo en que la había tratado hasta el momento. Y me sonreía y decía que todo estaría bien. Y así fue, porque ella me ayudó y me salvó. Ese mismo día me hizo mi primera marca. La primera marca siempre es muy importante para un cazador.

—Ella te importa mucho. ¿No es así? —Preguntó Damon.

—Es mi hermana —Dijo él—. La amo y la cuido como tal. Y sé que pueden pasar años y las cosas no cambiarán.

—Parece que tienes una amiga bastante excepcional —Dijo Damon y suspiró—. Cuídala muy bien, por favor.

—Es lo que siempre hago —Dijo Riley.

Ambos se quedaron en silencio al escuchar los golpes en la puerta. Riley se llevó un dedo a los labios y se puso en pie. Se acercó a la puerta y la abrió lo suficiente para poder ver a Liam. Le sonrió con amabilidad mientras pensaba rápido qué hacer. No podía simplemente hacer a un lado a Liam y salir para cerrar la puerta pero tampoco permitir que él viera dentro.

—Hola Riley. ¿Ya ha vuelto Lizz? —Preguntó él.

—No —Dijo Riley.

—¿Entonces con quién estabas hablando? —Preguntó Liam.

—De hecho era la televisión. Tenemos que ocuparnos de algo esta noche y la estoy esperando. Estas horas llegan a ser muy aburridas a veces —Dijo él y Liam suspiró.

—¿De qué se trata ahora? Riley, sabes que este no es el mejor momento para que anden haciendo de las suyas. Esto es complicado —Dijo Liam—. ¿En qué están metidos esta vez? Ya no sé cómo decirte que intento mantener a mi hermana alejada de los problemas. ¿Acaso estabas hablando con otro cazador?

Riley fue más rápido pero Liam más fuerte y por más que le llevaba casi cuatro años al maestre era de su mismo tamaño y estatura. Y antes que pudiera hacer algo para evitarlo Liam ya había entrado en el ático y había visto a Damon. Tuvo que detenerlo e inmovilizarlo con una llave en la espalda ante su reacción. Él torció el brazo de Liam para que dejara de debatirse. No entendía qué estaba sucediendo exactamente o por qué. Damon permaneció sentado tranquilamente en el sillón, casi ignorando al furioso Liam.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora