Hola! De nuevo yo por aquí, solo para recordarles que no se olviden de votar en los Premios Watty! Por favor, si todavía no lo han hecho son menos de cinco minutos de su tiempo. Emma sigue con una cómoda ventaja pero Nina anda algunos puntos atrás en segundo lugar.
http://lospremioswatty.weebly.com/votaciones1
Ahora no molesto más con el spam y pueden leer en paz :) Muchas gracias por seguir leyendo esta historia a pesar de mi ya conocido discurso de "la escribí hace 5 años o más, la quemaría y reescribiría de nuevo"
Xoxo,
Sofi
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Lizz se despertó y miró con curiosidad a Damon, él se había quedado dormido a su lado. Observó los oscuros arcos bajo sus ojos o lo pálido y demacrado que estaba su rostro. Los claros signos que la sobre exigencia lo mantenía enfermo y lo estaba matando estaban a simple vista y ella se lamentaba al saberlo. Con cuidado tocó su rostro sin miedo a despertarlo. Parecía que Damon no había dormido bien desde hacía mucho tiempo y aquella era la primera noche que lo hacía por lo que no se despertaría tan fácilmente.
Ella sonrió débilmente al recordar como se sentía tocar ese rostro y creer que le importaba. Tocó su oscuro cabello, deslizó su mano por su piel y se detuvo antes de rozar sus labios. Abrió ligeramente la boca al hacerlo, casi podía recordar cómo se sentía al besarlo, qué tan suaves eran. Pero aquella sensación era como la neblina y en cuanto intentó aferrarse a ella esta desapareció completamente dejándola con nada. Durante un momento se vio tentada de acercarse y besarlo tan solo una vez para recordar cómo se sentía pero abandonó aquella idea enseguida.
Se puso en pie y se cambió. Lo miró una última vez mientras continuaba durmiendo antes de partir y por un segundo no pudo evitar la sensación de deja vu. Apenas si estaba amaneciendo.
Damon se despertó una hora después. Lizz estaba sentada sobre su escritorio terminando de calzarse unas pequeñas botas de terciopelo azul. Ella traía puesto un largo sweater oscuro que apenas si le llegaba debajo de la mitad de sus muslos y unas medias, sus piernas eran largas y delgadas. Se bajó del escritorio de un pequeño salto y se ocupó de doblar su arco en dos y guardarlo dentro de su aljaba antes de colgarse esta de su espalda.
—Lo siento. ¿Te he despertado? —Preguntó.
—No. Eres tan silenciosa como un gato —Dijo él y ella sonrió—. ¿Así que esto consiguió Jess? La próxima vez que la vea tendré que darle algo a cambio.
—Mi hermano no está nada contento por lo que ella hizo —Dijo Lizz.
—Si yo fuera él tampoco lo estaría —Dijo Damon—. Es difícil decirle que no a Jess. ¿Verdad?
—Lo es pero ella logró hacer lo que quería sin causarme dificultades —Dijo ella—. Bueno, lo que tú le pediste que hiciera. ¿Qué sucedió? ¿No cumplía con los requisitos para estar cerca de ti? Ya sabes: alta, ropa de diseñador, rostro de modelo…
—Logras que hacerte un cumplido sea lo más difícil que haya hecho en mi vida —Dijo él y ella se quedó en silencio—. Crees que todo lo que hice lo hice con el objetivo de traicionarte. Déjame decirte que no fue así, al menos quiero creer que no lo fue. Pero tú no permites que me explique, ni siquiera que me disculpe.
—Porque cometí un error contigo, porque no debería haberte creído nunca —Dijo Lizz—. Sabes, me hubiera gustado que me hubieras contado tus secretos y no tener que saberlos por otra persona. Quizás por eso no quiera escucharte, porque yo te conté lo peor de mí y tú me lo ocultaste.
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Presa (Cazadora #2)
AdventureLizz y Liam Dunne son miembros de la Sociedad, personas dotadas con diferentes habilidades para ser capaces de mantener la paz entre el mundo humano y el paranormal. Con solo diecisiete años, los mellizos han burlado a la muerte más veces de lo que...