Segunda Parte: Las confesiones

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—Este es el Lago Hin, es una de las escasas fuentes de agua sagrada que se encuentran fuera del territorio de los Vynx. Su agua tiene propiedades totalmente curativas entre otras cosas. Dicen que es tan pura que hasta puede salvarte de la muerte más inminente. No puede ser contaminado de ningún modo, nadie que no sea un Vynx puede tocar este agua —Dijo Aaron.

Él estaba de pie sobre un tronco caído, el sol del mediodía se reflejaba sobre sus claros cabellos y sus ojos estaban tan azules como el mismo lago. Nuevamente ambos se habían fugado luego que el entrenador los hubiera humillado y dejado atrás porque ella no había podido hacer lo que le pedía y él lo había tratado de discriminador. Ellos no podían estar allí solos, no podían estar en el otro Mundo si no era bajo la supervisión del entrenador pero no les había importado.

Aaron era valiente y no tenía miedo de romper las reglas o decir lo que pensaba. Con los días había conseguido que ella dejara de ser tan respetuosa y sumisa. Y por más que ella hubiera vacilado respecto a la idea no se había negado. Él no tenía a nadie más y ella tampoco. Y al menos en compañía de aquella niña no tenía que molestarse en ocultar lo que era. Le había tomado tiempo pero ella finalmente había conseguido pasar cualquier barrera que él hubiera creado. Había conseguido que él le mostrara sus orejas ligeramente en punta y que se quitara sus lentes de contacto para que ella pudiera ver sus verdaderos ojos.

—¿Acaso las cosas son más hermosas cuanto más puras son? —Preguntó ella y él sonrió.

—Así es Lizzie. La belleza del mundo está en su pureza —Dijo él.

—Pero me estás mintiendo —Dijo ella simplemente y señaló algo que Aaron se giró para ver—. Aquel hombre esta juntando agua en su cantimplora.

—Pero no la ha tocado. Puede tomar agua pero no puede tocar el agua del lago —Dijo Aaron—. Él es un Black Knight, son la única excepción a la regla. Ellos pueden tomar agua del Lago Hin pero no pueden tocarla. Yo no miento, es imposible que lo haga.

—¿Es un Black Knight? —Preguntó ella y él asintió antes de bajarse de un salto de donde estaba.

—Así es. Los mejores cazadores de Irlanda, y también del mundo aunque pocos lo sepan —Dijo él y sonrió—. Algún día seré uno de ellos. Aceptan un nuevo miembro muy rara vez. Son siempre treinta, tiene que morir uno de ellos para que consideren aceptar a otro. Y siempre eligen a un niño aún antes que este se gradúe. Seré un excelente cazador algún día. Cuando ellos vean mi puntería quedarán asombrados. Me querrán.

—Ten cuidado o yo podría ser tu competencia —Dijo ella.

—No toman mujeres Lizzie, lo siento —Dijo Aaron y ella sonrió ligeramente.

—Podría ser una excepción, o la primera. Piensa eso —Dijo ella.

—Si hay un puesto será para mí —Dijo él.

—Ya quisieras —Dijo ella y suspiró tristemente antes de mirar para otro lado—. Igual no tienes nada de qué preocuparte, no soy ninguna competencia para ti. Ellos jamás me aceptarían o se fijarían en mí. Tendré suerte si logro sobrevivir al entrenamiento, o simplemente sobrevivir este año. Ni siquiera logro tensar bien un arco.

—Todavía no hemos probado ningún arco —Dijo él y se sorprendió ante la sonrisa de complicidad que ella le dedicó—. ¿Qué has hecho?

—El guardia tenía las llaves muy bajas. Mis manos son demasiado pequeñas. Él ni notó el momento en que tomé sus llaves y me ocupé de volver a dejarlas en su lugar luego de haber entrado a la bodega de la Sede y haber tomado un arco —Dijo ella y continuó rápidamente como cada vez que admitía haber hecho algo que no debía—. Ellos no tienen una cuenta de los arcos, ni siquiera notaron su ausencia. Tan solo lo tomé, lo desarmé para que entrara en mi mochila y me fui. Ellos no sospecharon nada. ¿Quién sospecharía de la débil hija del juez Dunne? Ellos creen que soy débil y frágil y que moriré pronto, sienten lástima por mí y se compadecen.

>>Mi mamá me contó una historia sobre un chico que era prisionero de una malvada reina porque a ella le parecía lindo y al final el chico lograba escapar. Y me quedé pensando y me di cuenta que él logró escapar porque la reina no creyó que lo haría. Mi mamá me explicó que eso se llama subestimación. Y encontré mi ventaja en la subestimación de los demás. ¿No es eso lo que los cazadores hacen? ¿Encontrar su ventaja y aprovecharla?

>>Ya sé que estuve mal y no debí hacerlo. Tan solo deseaba comprobar lo que creía. No lo volveré a hacer, lo prometo. E intentaré devolver el arco pero es tan lindo que no quiero hacerlo. Y está mal, no tendría que haberlo hecho y no lo volveré a hacer.

—¿Qué? Lizzie lo que hiciste es increíble —Dijo Aaron—. No te arrepientas. Tienes un don. Hay cazadores que pasan toda su vida intentando encontrarlo y sin embargo tú ya lo tienes. Sabía que no me equivocaba al haberte conocido. Nunca intentes ocultar lo que eres. Eres especial. ¿Te resultó muy fácil?

—Ese guardia ni siquiera lo notó —Dijo ella.

—¿Crees poder volver a hacerlo? —Preguntó él.

—Fue fácil. Creo que puedo volver a hacerlo, o al menos intentarlo —Dijo ella—. ¿Quieres que tome uno para ti?

—No. Quiero que tomes otra cosa —Dijo él—. Quiero que robes la corona de Lord Aar.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora