Dos días habían pasado desde que Lizz se había ido con Nicholas a Oslo. Ahora que Marianne había vuelto y recobrado los asuntos legales Damon se aburría terriblemente en sus sesiones con ella. El rumor de que ayudaba a cambio de favores también se había extendido pero la cantidad de heridos que se presentaban era cada vez menor. Los miembros eran conscientes y no lo buscaban por un simple rasguño sino que por heridas graves o que necesitaban ser tratadas porque les impedía realizar sus entrenamientos. Seguía sin comprender cómo Charles le daba la espalda a un trabajo que, con mantenimiento, pasaba a ser de unas pocas personas al día. En el poco tiempo libre que lograba hacerse disfrutaba de la compañía de Lucy, la niña parecía cada día más feliz de estar a su lado.
Por suerte a Mason le tocaba vigilarlo aquella noche y lo había invitado a cenar. Damon se dejó caer sobre la mesa de la moderna cocina del acróbata mientras este revolvía cajones y muebles buscando vasos y demás. Damon hizo girar el celular entre sus manos con la idea de llamar a Liam, la última vez que había hablado con él había sido la misma tarde que Lizz lo había hecho.
-¿Qué significa la cadenilla? -Preguntó Mason repentinamente y Damon levantó la vista para observarlo-. Lucy me preguntó el mismo día que Lizz se fue por ella. Sé que algo significa pero no me atrevía a molestar. No quiero recordarte cosas que puedan dolerte.
-No hay problema -Dijo Damon-. Yo compré esa cadenilla. En New York cuidaba de chicos que habían perdido su familia por los monarquistas, ahora los están cuidando una amiga que tengo allí y los mayores de ellos. Había una niña llamada Mia que había desarrollado un afecto especial por Ailish y otras personas también. Ellos... Bueno, digamos que insistieron hasta que acepté. Era época navideña y querían comprarle algo a ella así que los ayudé.
-Esa cadenilla tiene mucho valor. ¿No? -Dijo Mason-. Tú se la regalaste.
-Fue de parte de ellos -Dijo Damon.
-Pero también de tu parte -Dijo él-. Si esto te sirve de algo, noté esa cadenilla desde la primera vez que la vi. No sé lo que ella crea pero siempre la lleva consigo oculta debajo de su ropa o atada en su muñeca como brazalete cuando no puede ocultarla en su cuello.
-Quizás ella recuerde algo -Dijo Damon con la vista baja-. Cuando le hablé... Ella realmente dejó de forcejear, era como si supiera que estaba diciendo la verdad sobre esos momentos. Y luego, cuando Falco la sostuvo, ella me miró confundida como si el agarre de él se sintiera totalmente diferente al mío.
-Dicen que el corazón no olvida -Dijo Mason-. Pero entonces aquello también significaría que los otros cazadores que fueron forzados a olvidar deberían haber recordado al encontrar nuevamente a la persona de la cual estaban enamorados.
-Y no es así -Dijo Damon-. No, ella no recuerda los sentimientos pero creo que notó que alguien tocó sus recuerdos. Y eso es suficiente.
-Sí, es una lástima que ahora esté en Oslo -Dijo Mason-. ¿Has hablado con su hermano?
-¿Qué pretendes que le diga? Hola Liam, comprobé lo que creíamos, he visto con mis propios ojos a Falco envenenar a tu hermana y luego la convenció para que intentara matarme creyendo que yo era el asesino de su familia. Ah, y como si eso fuera poco también envenenó el agua del Lago Hin que ella consume, así que tu hermana está consumiendo veneno constantemente -Dijo Damon y miró a Mason-. No conoces a Liam, si le digo eso vendrá ahora mismo a Londres y le arrancará la cabeza a tu líder.
-Y eso hará que Liam se meta en problemas -Dijo Mason.
-Exacto -Dijo Damon-. Y creo que ya tenemos bastantes de los cuáles ocuparnos.
-De todos modos deberías llamarlo, seguro que querrá saber que Lizz está en Oslo -Dijo Mason.
-Seguramente -Dijo Damon y se fijó nuevamente en el joven-. ¿Te puedo hacer una pregunta?
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Presa (Cazadora #2)
AdventureLizz y Liam Dunne son miembros de la Sociedad, personas dotadas con diferentes habilidades para ser capaces de mantener la paz entre el mundo humano y el paranormal. Con solo diecisiete años, los mellizos han burlado a la muerte más veces de lo que...