Capítulo 12

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Liam se detuvo al finalmente encontrar a Damon sentado en el suelo en la habitación de Lizz. Durante un momento lo miró con seriedad pero él parecía no darle importancia. Se aclaró la garganta para llamar su atención y Damon lo miró.

—¿Tú le metiste en la cabeza a mi novia la idea de que yo cuestionaba su compromiso de castidad? —preguntó molesto.

—No, no recuerdo haber hecho eso —dijo Damon tranquilamente—. Al menos no con aquellas palabras.

—¿Acaso disfrutas causándome esto? ¿No puedes verme un día completamente feliz? ¿Qué es lo que encuentras de divertido en causarle problemas a los demás? No necesitaba agregarle otro problema a mi vida, ya bastante tengo entre la Sociedad, tú y mi hermana sin contar Marcus que anda suelto por las calles seguramente mordiendo gente a su antojo. No sé que sucedió entre ustedes dos pero no es razón para que nos hagas esto.

—Sucedió que sé el tipo de persona que es ella y lo que va a terminar causando.

—No me importan los problemas que tengas con ella, no puedes darle a entender que yo cuestiono su compromiso de castidad.

—¿Lo haces? -Preguntó Damon.

—¿Qué? No, claro que no —exclamó Liam—. Respeto sus decisiones.

—Tomo eso como un sí.

—No es de tu incumbencia lo que yo piense o no respecto a su decisión.

—Definitivamente cuestionas su decisión, y mucho últimamente al juzgar por tu actitud. ¿Ahora, tienes algo realmente importante que decirme o era solo eso?

—Eres detestable cuando te comportas así.

—Algún día entenderé por qué todos odia a las personas realistas y que no temen decir lo que piensan.

—Eso no es ser realista, eso es ser malo.

—Sí, puede que también un poco de eso.

—Escucha, lo que pase entre yo y mi novia no es tu asunto así que te agradecería que no te metieras. Yo no me meto a opinar sobre tu relación con mi hermana. O al menos intento no hacerlo.

—Lo sigues haciendo, aunque no tanto como antes gracias a Dios. Por otra parte, si quieres saber cómo van las cosas con ella podría contarte libremente, no tengo ningún problema.

—No, detente, no quiero saber —dijo Liam enseguida—. Mejor no digas nada. ¿Ok?

—Como quieras.

—Tan solo no le rompas el corazón, por favor —dijo Liam y suspiró antes de apoyarse contra la pared—. Ayer la vi, unos pocos minutos.

—Durmió aquí.

—¿Qué? —exclamó Liam y él se encogió de hombros.

—Creí que lo sabrías. Se fue antes que saliera el sol.

—¿Y qué estás haciendo aquí?

—Buscando lo que ella dejó, estaba seguro que había dejado algo y ella tan solo me lo confirmó. Dijo que estaba en su cuarto y era más fácil de encontrar de lo que creía.

—Estamos hablando de Lizz. Y planeas encontrar algo que ella dejó aquí —dijo Liam mirándolo y él asintió—. ¿Tienes idea de lo imposible que eso es? ¿Nadie la puede encontrar a ella y pretendes encontrar algo que dejó? No es como si ella lo fuera a dejar sobre una mesa para que tú lo encuentres...

—Eres un genio —dijo Damon y se puso en pie—. Liam eres un maldito genio.

—¿Por decirte la verdad?

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora