Él levantó la vista del libro que estaba leyendo y miró por la ventana. Afuera la noche era absoluta y el viento soplaba fuertemente meciendo árboles y todo a su alcance. El bosque era un completo caos y el viento traía gritos de dolor y desesperación, desesperanza. Cerró los ojos y respiró profundamente, intentó relajarse para controlar así mejor el viento y este cesó hasta conseguir una apasible calma. Suspiró al haber conseguido solucionar el asunto pero no por eso dejó de preocuparse por la situación.
Podía sentirlo perfectamente, el desequilibrio en la naturaleza. Debían hacer algo al respecto o sería demasiado tarde pero hasta el momento no habían encontrado ninguna solución. Lentamente ellos estaban perdiendo el control sobre sus tierras. La naturaleza se estaba revelando, rogando por ser defendida y protegida, salvada de aquella plaga y enfermedad que lentamente se estaba extendiendo y acabando con todo a su paso. La lluvia comenzó a caer y golpear fuertemente contra su ventana. Controlar el viento era una cosa pero la lluvia no era de su propiedad y ya había gastado toda su energía con su elemento.
—¿Se encuentra bien mi señor? —preguntó su guardián apareciendo a su lado.
—Es extraño —dijo él mirando el exterior—. No creo que esta lluvia haya sido producida por uno de mis hermanos. ¿Entonces por qué llora el cielo? O por quién, el frío del exterior tan solo puede ser el calor perdido de un cuerpo.
—Quizás no sea nada demasiado grave.
—No, quizás tengas razón —dijo el joven y dejó su libro a un lado—. Será mejor que me retire y descanse, la noche parece que será larga. Tan solo espero que este clima no tenga una causa específica. El Otro Mundo no lloraría por cualquiera.
—Eso temo pero usted debería descansar, ya ha hecho demasiado por este día —dijo su guardián—. Lamento decirle que ya no hay nada que pueda hacer y ya es muy tarde. De momento tendremos que resistir lo mejor que podamos hasta que encontremos un modo de vencer a los monarquistas.
—Nuestro frente nos mantiene protegidos pero solo porque hasta el momento ellos no se organizaron para atacarnos —dijo él y suspiró—. ¿Cómo crees que esté la situación en el otro frente?
—No mejor que nosotros por desgracia debo decirle aunque no creo que quiera escuchar los detalles esta noche, no si prentende dormir algo.
—Ya no recuerdo la última vez que dormí bien. Mi consciencia de Vynx se preocupa por mi pueblo y mi tierra constantemente pero mi corazón humano se preocupa por ella. ¿Has tenido alguna noticia de su parte?
—Nada señor.
—Eso supuse —dijo y cerró los ojos acariciando con una mano la fría ventana—. Por favor sé fuerte vulpini, no te dejes caer. Quiero creer que estás bien, sea donde sea que estés.
—Confío en que la señorita puede con la situación.
—Tan solo me queda creer lo mismo ya que la otra opción es inimaginable para mí. ¿Crees que tengamos alguna oportunidad en esta guerra? Temo que solo nos queda resistir.
—Creo, mi señor, que he visto cosas increíbles suceder estos últimos años —dijo su guardián y le sonrió—. Yo no perdería las esperanzas de vencer. Ahora, realmente debería descansar, esta situación mantiene a todos los involucrados muy exhaustos y ocupados y aún más a usted. Su gente confía en su persona y entiendo su preocupación pero debe detenerse unas pocas horas y descansar. Necesita estar en su mejor estado.
—Tienes razón. Despiértame ante cualquier cosa que suceda.
—Sí mi señor. Buenas noches.
-No creo que tengan nada de buenas, tan solo espero poder conciliar el sueño.
ESTÁS LEYENDO
Presa (Cazadora #2)
AdventureLizz y Liam Dunne son miembros de la Sociedad, personas dotadas con diferentes habilidades para ser capaces de mantener la paz entre el mundo humano y el paranormal. Con solo diecisiete años, los mellizos han burlado a la muerte más veces de lo que...