Cuando Marianne le dijo que había sido suficiente por aquel día y podía retirarse fue totalmente un alivio. Estar condenado todos los días a una reunión con esa mujer que debía durar una hora y siempre se alargaba hasta mínimo dos horas estaba comenzando a ser una tortura cotidiana. No comprendía cómo ella podía hablar durante tanto tiempo sin parar pero tampoco le importaba ya que no le prestaba atención realmente. Él tenía asuntos que consideraba más importantes de tratar que andar preocupándose por su propio juicio y que su vida dependiera del resultado.
Encontró a Lucy minutos más tarde, o quizás ella simplemente lo encontró a él. Ambos se sentaron en un pasillo que normalmente nadie transitaba como acostumbraban. Lucy sacó una bolsa con caramelos y le ofreció a Damon pero él se negó. Ella se encogió de hombros con indiferencia y comenzó a comer.
—Escuché que la fiesta de anoche fue bastante descontrolada —Dijo ella.
—No lo sé, no recuerdo nada —Dijo Damon.
—Encontré a Lizz al mediodía. Intenté almorzar con ella pero al parecer no tenía tiempo o estaba ocupada. Me contó que la fiesta de ayer en un momento pasó los límites porque todos habían consumido licor de hada y el hada presente estaba bastante enfurecida por lo que eso afectó a los que habían tomado —Dijo Lucy—. Ella no tomo o eso creo, por eso recuerda. No es difícil de deducir si se compara su estado con el de mi hermano. O al de cualquier otro miembro de la elite. Se andan arrastrando por los pasillos casi muertos. ¿Por qué tú no estás así también?
—Porque soy un sanador y te puedo asegurar que mi estado no era muy diferente cuando me desperté pero me deshice de él —Dijo Damon.
—¿Puedes eliminar una resaca? —Preguntó ella sorprendida.
—Puedo tratar cualquier cosa —Dijo él.
—Es una lástima que no recuerdes, me hubiera gustado saber lo que sucedió anoche con más detalle —Dijo Lucy y suspiró—. La elite está comenzando a juntarse. Cuando estén los doce será tu juicio. ¿Qué tienes en mente? ¿Qué piensas hacer si las cosas salen mal? ¿Siquiera consideraste tener un plan B?
—Supongo que intentar huir de doce miembros de la elite no es una buena idea. ¿Verdad? —Dijo Damon.
—Uno solo sería capaz de matarte —Dijo ella seriamente—. Y lo quieras o no estás en desventaja. Recuerda que ellos tienen tu pequeña debilidad porque no creo que te atrevas a hacerle algo pero ella no dudará en matarte si es la orden.
—Me gustaría creer que al menos vacilaría —Dijo él pero ella negó con la cabeza.
—No dudará. Te disparará sin vacilar y antes que puedas hacer algo tendrás una flecha suya en alguna parte —Dijo Lucy—. Y realmente no creo que eso sea algo bueno.
—Ya me han disparado varias flechas y también he visto su puntería. Con algo de suerte no me mataría —Dijo él.
—¿Entonces qué harás si te vuelven a condenar a muerte? —Preguntó ella.
—Esperar que eso no suceda —Dijo él—. Y si así es ya se me ocurrirá algo. Llevo años sin que me atrapen.
—Podrías recurrir a los demás miembros de la elite, ponlos a tu favor. Eso sería una ayuda —Dijo Lucy—. Quizás si lograras conseguir que ellos te ayudaran...
—No quiero recurrir a la elite, no confío en ellos. Además, tu hermano es el líder y no creo que permitiría que algo así sucediera —Dijo Damon—. Y aún si encontrara el modo de burlar a Falco la elite es como la mascota preferida de la Sociedad, ellos le son más fieles que cualquier otro.
ESTÁS LEYENDO
Presa (Cazadora #2)
AdventureLizz y Liam Dunne son miembros de la Sociedad, personas dotadas con diferentes habilidades para ser capaces de mantener la paz entre el mundo humano y el paranormal. Con solo diecisiete años, los mellizos han burlado a la muerte más veces de lo que...