Lo primero que Liam sintió fue el húmedo aire del bosque junto con el murmullo de las hojas y el frío de la noche. Abrió los ojos e increíblemente vio el cielo a través de unas nudosas y desnudas ramas. La gruesa capa de hojas debajo de su cuerpo había amortiguado su caída y podía olfatear fácilmente el olor a descomposición. Intentó comprenderlo, aceptarlo. Sabía dónde estaba. Riley y Nicholas los habían guiado y llevado hasta el Otro Mundo. Su hermana había pasado toda su vida allí, viviendo de la caza en medio de la naturaleza.
Se puso de pie y se ocupó de ayudar a Kaitlyn. Marcus se levantó de un salto y se quitó las hojas de encima. Riley y Nicholas estaban a un lado, habían aterrizado perfectamente sobre sus pies al ya estar tan acostumbrados al cambio entre un mundo y otro. El joven estaba disfrutando nuevamente de la libertad y de todo lo que lo rodeaba mientras Riley simplemente sonreía con astuta diversión al haber vuelto a su casa.
—Las primeras veces siempre me divierten —dijo él.
—¿Dónde estamos? —preguntó Marcus.
—Las Tierras del Norte, más específicamente al oeste del Bosque de Nhin —dijo Riley sonriendo—. Estas son las tierras de Lady Gwe para su información.
—Sí, por suerte las mortales nevadas de tu novia suceden más al norte pasando —dijo Nicholas y miró con precaución a su alrededor—. No recuerdo que este lugar fuera tan silencioso o vacío. Dime que tienes un plan en mente porque yo no tengo nada.
—Lizz dijo que llevemos su arco a casa —dijo Liam—. Debe haberse referido a un lugar en específico.
—Y necesitamos encontrar un lugar para pasar la noche —dijo Kaitlyn—. ¿Dónde está el pueblo más cercano?
—El Lago Hin es el corazón del Otro Mundo, allí nacen y mueren cuatro ríos que dividen las tierras en Norte, Sur, Este y Oeste. Los bosques que rodean ese lago son extensos y no hay ningún pueblo en kilómetros —dijo Nicholas—. No encontrarás nada por aquí a menos que estés dispuesta a caminar unos seis días sin descanso.
—Silencio —dijo Marcus abruptamente.
Todos se callaron, él estaba completamente quieto únicamente concentrado en su audición. La música que no debería oír estaba allí, una letal armonía acercándose, depredadores listos para ir por sus presas en medio de la noche. Miró con desesperación y pánico a los demás, no estaban a salvo. Estaban completamente solos en medio de un bosque y la situación no era muy diferente, seguían siendo las presas. ¿Acaso había alguna diferencia? ¿No estaban solamente más expuestos? Prefirió pensar que al menos allí quizás tendrían más oportunidad de sobrevivir, Riley y Nicholas eran cazadores y estaban en su territorio. Se suponía que ellos sabían lo que hacían.
—Se están acercando —dijo él.
—Es imposible —dijo Riley mostrándose, quizás por primera vez en su vida, en shock—. No. No es cierto. Me niego a creerlo. Ellos no pueden estar en el Otro Mundo también.
—Pues al parecer sí pueden —dijo Liam—. ¿Y ahora qué hacemos?
-Idiota, Lizz nos advirtió que ni siquiera el Otro Mundo sería seguro y tú no le creíste. -Dijo Nicholas.- Tenemos que ponernos a salvo, resguardarnos.
—El río Naw —dijo Riley al reaccionar—. Corran y no se detengan por nada.
Ninguno se detuvo a dudar un segundo, era una cuestión de vida o muerte. Corrieron tan rápido como pudieron en la dirección indicada. Riley y Nicholas iban a la cabeza, ellos se deslizaban con facilidad sobre el terreno y los árboles ya acostumbrados a correr por aquellas tierras. De algún modo parecía como si las ramas no se atrevieran a tocarlos, eran tan silenciosos y se movían tan hábilmente como el viento. A pesar de nunca haber hecho algo similar Liam logró arreglárselas para atravesar el bosque sin retrasarse o recibir daños considerables. No era el tipo de carrera de obstáculos a la que estaba acostumbrada pero saltó raíces y evitó gruesas ramas para no detenerse ni perder el tiempo. Kaitlyn y Marcus tuvieron más dificultad pero lograron mantener el ritmo y no separarse mucho de los demás.
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Presa (Cazadora #2)
AdventureLizz y Liam Dunne son miembros de la Sociedad, personas dotadas con diferentes habilidades para ser capaces de mantener la paz entre el mundo humano y el paranormal. Con solo diecisiete años, los mellizos han burlado a la muerte más veces de lo que...