Presa (Cazadora #2)

Capítulo 24

Todos fueron totalmente libres y el caos se estableció. Damon continuaba de pie, totalmente confundido por lo que había sucedido. Un hombre se abalanzó sobre él detrás y lo sostuvo contra la mesa. Intentó resistirse pero enseguida dos hombres más se le sumaron y esposaron sus manos a su espalda. Leordan ordenó que los medios cortaran su transmisión y así fue. Él pidió a los gritos la detención y la muerte de Lizz. Marianne reclamó por la libertad de su cliente pero dos hombres también la tomaron por detrás y la sujetaron. Falco miró horrorizado lo que le hacían a su madre y se sobresaltó cuando Xavier lo tomó con furia por el hombro y lo miró.

—Se suponía que debías evitar que esto sucediera —Dijo él.

—No es mi culpa —Dijo Falco.

—No. Y tampoco es mi culpa esto —Dijo Xavier.

Él chasqueó los dedos y al instante Ariane apareció entre la multitud arrastrando a Lucy con ella. Xavier tomó un arma de su cinturón y le apuntó a la niña. Lucy gritó y lloró con temor. Marianne también gritó desesperada por ver a su hija en aquella situación y Damon intentó liberarse para ayudarla pero no pudo. Falco miró con temor a Xavier y negó con la cabeza.

—Por favor no —Susurró él.

—Es demasiado tarde, no cumpliste con tu parte y tu hermana ha causado muchos problemas desde que la conozco. Será un inconveniente menos —Dijo Xavier y le apuntó a la niña—. Pobre Lucy, muerta porque su hermano no fue capaz de cumplir con una simple orden.

Él no dijo nada más. En aquel momento el joven que Damon había visto antes se interpuso y empujó a Lucy a un lado. Tan solo se escuchó el sonido del disparo de Xavier y luego el joven cayó de rodillas al suelo herido. Lucy palideció al reconocerlo y él le sonrió ligeramente. Le había salvado la vida y ahora estaba herido gravemente en la espalda por ello.

—Hola niña —Susurró Nicholas.

Él cayó al suelo y todos se sorprendieron al conocer su identidad. Lucy se echó al suelo y gritó y lloró mientras él se mantenía apenas consciente en el suelo. Damon miró sin palabras a su primo quien sufría a causa de la herida. Xavier bajó el arma, no parecía siquiera arrepentido por lo que había intentado hacer y se mostraba calmado y sereno como si aquello hubiera sido parte del plan.

—Sabía que él se interpondría —Dijo aunque todos supieron al instante que era solo una mentira—. Ahora llévenselos, a ambos. Ella no abandonará ni al uno ni al otro. Y que alguien vaya por Charles, necesito que el cazador siga con vida para que cante.

—No, por favor, no le hagan nada —Dijo Lucy llorando y un hombre la tomó por detrás para alejarla de Nicholas. Ella gritó e intentó liberarse pero fue en vano—. Por favor no, él no hizo nada malo.

—Es un traidor al igual que todos los que colaboraron en este ultraje y como tal merece ser castigado —Dijo Xavier—. Ahora llévenselo, quiero que conozca el dolor del infierno y diga todo lo que calla antes de que muera. Falco, ocúpate del dependiente. Y esta vez haz bien tu trabajo si no quieres que yo haga bien el mío.

Xavier volvió a apuntar a Lucy y Marianne gritó con desesperación. Enseguida Falco estuvo junto a Damon y puso una mano sobre su cuello. Él perdió cualquier control que tuviera de su cuerpo y los dos hombres que lo sujetaban lo cargaron fuera junto con Nicholas. Falco en ningún momento dejó de tocarlo, era aquello lo que lo mantenía inmóvil. Lo arrastraron por una parte de la Sede totalmente distinta que él no reconoció ya que solo estaba reservaba para los altos rangos. Detrás podía escuchar a Nicholas agonizar y ser cargado pero no podía hacer nada.

Uno de los hombres pasó una tarjeta de identificación y apoyó su mano para comprobar sus huellas digitales en una pantalla junto a un ascensor. Las puertas se abrieron y lo metieron sin cuidado dentro. Damon miró a Nicholas y él le sonrió débilmente. Movió los labios pero no fue capaz siquiera de susurrar. Su rostro estaba pálido y su ropa totalmente manchada de sangre. Pero a pesar de todo él parecía feliz, porque sabía que había hecho lo correcto y estaba en paz consigo mismo.