Brian corrió y se dejó caer junto a su hijo en su lugar una vez que llegó. Había tenido que apurarse para llegar. Tenía que estar presente a la misma hora que residía un juicio y se había ocupado de despachar el asunto rápidamente para poder asistir. La sala de demostraciones estaba totalmente reservada y vacía a excepción del jurado sentado en la primera fila, dos hombres de traje oscuro y gafas y Liam unas gradas más arriba. Abajo, en la arena, Lizz tomó otra flecha y disparó.
—Llegas a tiempo —Dijo él.
—El juicio comenzaba a la misma hora que la demostración, lamento el retraso —Dijo Brian y sonrió—. No me perdería esto por nada, es una lástima que su mamá no haya podido venir. ¿Cómo ha estado?
—Debo admitir que me ha sorprendido, no creí que sería tan habil con el arco —Dijo Liam—. Es mucho mejor que unos cuantos otros que he visto. Si fuera posible hasta se graduaría con honores.
—No hay graduación para los cazadores, solo mayoría de edad —Dijo Brian—. Seguramente la obtendrá luego de esto. Es increíble, aquella que está ahí abajo tirando es mi hija. Y lo hace de un modo fantástico. Estoy tan orgulloso. En tres años, cuando sea tu turno, estaré igual. Espero poder verlo también.
—Tranquilo, ya sé que llegarás tarde también por tener un juicio —Dijo Liam sonriendo con diversión y Brian le devolvió la sonrisa.
—¿Qué sucede? ¿Tienes vergüenza que el viejo de tu papá te vea? —Dijo él.
—Mientras no traigas esa horrible toga... —Dijo Liam.
—¿La tengo puesta ahora? —Preguntó Brian y su hijo observó su impecable traje—. Me cambié lo más rápido que pude para llegar en un estado presentable, no luzco tan mal.
—Si en mi presentación apareces con esa toga me iré de la casa —Dijo Liam.
—Anotado, nada de togas —Dijo Brian y le sonrió—. Recuérdamelo en tres años.
Ambos se quedaron en silencio y observaron a Lizz. Más adelante los jueces guardaban su semblante totalmente serio e inescrutable mientras tomaban notas. Liam estiró el cuello para poder ver qué escribían y sonrió al ver que eran excelentes apreciaciones. Los dos hombres que se mantenían a un lado observando como dos sombras se acercaron silenciosamente hasta ellos. Liam los miro con respeto. Tenían un perfecto traje negro y la insignia de la Sociedad en la solapa del saco, unos zapatos negros lustrosos, un sombrero a juego y gafas oscuras. Ellos extendieron la mano y se saludaron con Brian.
—Juez Dunne —Dijeron y luego saludaron también a Liam del mismo modo para su sorpresa—. Señor Dunne.
—Soy el señor March —Dijo uno.
—Willow —Dijo el otro.
—Es un gusto conocerlos. ¿Puedo saber qué desean dos funcionarios de Londres? —Pregunto Brian.
—Su hijo actualmente no alcanza la mayoría de edad por lo que el protocolo requiere de su participación también —Dijo el señor Willow—. Tiene una hija muy bien dotada, nunca antes había visto cazadora tan joven y tan hábil. Déjeme felicitarlo por eso.
—Sí, la señorita Dunne tiene realmente un gran talento —Dijo el señor March—. Pero de momento estamos aquí por su hermano. Representamos a los directivos de Londres y tenemos una oferta que ofrecerles. Deseamos que su hijo termine su entrenamiento en Londres y forme parte de nuestra elite.
—De ninguna manera —Dijo Brian decidido—. No me quitarán a mi hijo.
—De todos modos juez, creo que la opinion del chico también es importante. Si tenemos que serle sincero usted es solo un medio elegante ya que es menor de edad todavía —Dijo el señor Willow y miró a Liam—. ¿Te interesaría continuar tu entrenamiento en Londres y unirte a su elite?
Liam miró a los hombres totalmente sin palabras. No había esperado aquello y no sabía qué decir. Toda su vida había esperado por una oportunidad similar y ahora que su vida comenzaba a tomar sentido y creía estar seguro de lo que realmente deseaba esto ocurría. Cada vez estaba más enamorado de Kaitlyn, cada día tan solo deseaba estar más junto a su familia, cada momento con Lizz tan solo sabía que nunca querría abandonarla. Y ahora que más estaba aferrado a su vida en Dublín y menos deseaba soltarla lo que había soñado siempre había sucedido.
Miró a su padre pidiendo algún consejo, alguna palabra. Él era un hombre sabio y siempre sabía qué decir. Pero Brian tan solo le devolvió una triste mirada y Liam pensó que no debía ser fácil para él estar frente a la posibilidad de perder un hijo con tan solo quince años. Él lo miró con súplica, deseaba al menos que le dijera algo.
—No puedo obligarte a nada. Es tu decisión —Dijo Brian al ver la mirada de su hijo—. Aceptaré lo que elijas, sea lo que sea.
—¿Estás interesado? —Preguntó el señor March y Liam respiró profundamente antes de tomar una decisión.
—No —Dijo luego de varios segundos de silencio.
—Podemos darte unos días más para pensarlo, hablar con tu familia —Dijo el señor Willow.
—No será necesario, mi respuesta definitiva es no —Dijo Liam seriamente—. Gracias de todos modos, por la oferta.
—No ha sido nada —Dijo el señor March, se notaba claramente en su voz que la respuesta no lo había contentado.
—Nos veremos otra vez —Dijo el señor Willow.
Ambos hombres partieron sin despedirse. Estaban disgustados y Liam pensó que nunca antes alguien hubiera negado algo asi. Cerró los ojos por un momento e intentó convencerse que había hecho lo correcto. Había negado una oportunidad única, una que no muchos jóvenes tenían. Cuando se fijó nuevamente en su padre este le sonreía ligeramente y lo miraba con orgullo.
—Tu hermana te necesita, nunca debes separarte de ella o abandonarla. Son hermanos, tienen que ayudarse y apoyarse entre ustedes a pesar de todo. Has hecho lo correcto aunque no lo creas, espero que pienses que es así —Dijo Brian y suspiró—. Sé lo que es estar en tu lugar. Yo terminé mi entrenamiento en Dublín y me mude a Londres para continuar. Pero Liam, nunca olvides esto. A pesar de lo que parezca Londres hace cualquier cosa para conseguir lo que desea, no le importa los medios que tenga que utilizar. Eres muy joven para que ya te corrompan. Cuando seas mayor podrás decidir libremente por tu cuenta pero por ahora has hecho lo mejor.
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Presa (Cazadora #2)
AdventureLizz y Liam Dunne son miembros de la Sociedad, personas dotadas con diferentes habilidades para ser capaces de mantener la paz entre el mundo humano y el paranormal. Con solo diecisiete años, los mellizos han burlado a la muerte más veces de lo que...