Kaitlyn se repitió otra vez que no era correcto lo que estaba haciendo pero entonces se recordó, nuevamente, que tampoco era correcto encerrarse en su habitación, salir por la ventana y huir de su casa tras escuchar que sus padres planeaban enviarla a un convento en medio del campo para mantenerla alejada de las malas influencias tras lo ocurrido el mes pasado. Ellos temían que apenas ella cumpliera la mayoría de edad en unas pocas semanas volviera a Dublín para reencontrarse con Liam que ahora no era considerado de lo mejor para sus padres.
Pero entonces, de solo pensar en él, el dolor y la pena regresaban. Lo había esperado durante días, noche tras noche esperando en la ventana que él apareciera para buscarla tal como hacía su enamorado con la bandida Aine. Pero Liam no había aparecido para buscarla como sucedía en los libros que había escrito su madre. Él ni siquiera se había molestado en hacer algo cuando Kaitlyn fue obligada por sus padres a abandonar Dublín, ni siquiera le había enviado un mensaje o había intentado contactarse con ella. Tantos años creyendo que la amaba para que él simplemente la dejara ir.
Todo estaba a oscuras en el club nocturno y la música taladraba dolorosamente sus oídos mientras cientos de jóvenes y criaturas bailaban a sus espaldas. Ellos se divertían, reían y disfrutaban de la oscura noche. Ella nunca antes había estado en un lugar similar, lleno de criaturas con oscuras intenciones. Allí no era seguro para una joven inocente. Pero entonces se recordó que ella ya no quería ser una joven inocente y buena. ¿De qué le había servido eso? Había terminado sola y con sus padres queriendo condenarla a una vida que no deseaba.
Comportarse como sus padres le habían dicho no había servido de nada. Ahora tan solo deseaba olvidar, dejar de preocuparse por la vida. Se había esforzado toda su vida por ser una chica bien solo para percatarse que las chicas problemáticas eran más felices que ella. ¿Entonces por qué no ser una de ellas también? En Dublín todos se habían aprovechado de ella por cómo era, ser buena y bondadosa no le había servido de nada en la otra ciudad. Allí no había cometido el mismo error.
Le dio otra profunda pitada a su cigarrillo. Sus nuevas amigas no habían sido una de las mejores influencias. Si sus padres la habían alejado de Liam y la vida que había formado allí por considerar que aquello no era bueno para ella entonces les demostraría que eran ellos los que no eran buenos para ella. Ya no le importaba más nada. Ya no tenía ninguna razón para ser perfecta, para comportarse como debía. Ni siquiera había pensado al momento de seguir a las demás chicas hasta ese club. Debían estar en alguna parte, ella había preferido quedarse sola y fumar.
El barman dejó un vaso con un fluorescente líquido turquesa delante de ella. No lo miró dos veces, ya había tomado y probado cualquier tipo de cosas en el último mes, tanto de origen humano como no. Sus padres estarían aterrados de solo saber que no estaba en su habitación durmiendo a tan altas horas de la noche, mejor ni pensar lo que dirían sobre su vestimenta o sus actuales acciones.
—Yo no tomaría eso si fuera tú.
Kaitlyn se giró, había creído ser la única chica sentada en la barra en aquel lugar pero se había equivocado. A dos bancos de ella había otra joven, tan silenciosa y parecida a las demás personas que había a su alrededor que ni siquiera la había notado. Estaba completamente vestida de negro por lo que era sencillo pasarla desapercibida en toda esa oscuridad. Ella ladeó ligeramente la cabeza al mirarla y Kaitlyn creyó reconocer algo en ese gesto pero ya nada le importaba, ni los extraños que la rodeaban ni lo que estaba haciendo.
—¿Por qué no? —preguntó desafiante y le dio otra pitada a su cigarrillo.
—Porque mañana te arrepentirás y te sentirás terrible tras haber sido violada por tres hombres. Posiblemente más. Este no es un buen lugar para ti. Ellos pueden sentirlo, se aprovechan de los humanos fáciles de engañar. Es peligroso. No deberías estar aquí sola.
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Presa (Cazadora #2)
AdventureLizz y Liam Dunne son miembros de la Sociedad, personas dotadas con diferentes habilidades para ser capaces de mantener la paz entre el mundo humano y el paranormal. Con solo diecisiete años, los mellizos han burlado a la muerte más veces de lo que...