Capítulo 9

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Liam miró de soslayo a Damon pero no se atrevió a decirle nada. Había notado en los últimos días como aquello que lo alteraba había empeorado. Y, por más que lo negara, no podía negar el afecto que sentía por Damon a pesar de cómo era y le preocupaba verlo así. Ya se había ocupado por su cuenta de comprobar que Elizabeth no se encontraba en Dublín pero aquello no había cambiado el estado del sanador y Liam poco a poco comenzaba a encontrar más razones para que él estuviera así.

—El tiempo es subjetivo —dijo él.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Damon.

—Quiero decir que ahora estamos caminando de vuelta a casa luego de ir a comprar unas cosas y en si es una salida corta pero parece larga. El tiempo dura lo que uno quiere que dure. Si te detienes a apreciar cada segundo el tiempo es eterno. Si te aferras a los recuerdos no pierdes nada.

—Excepto que yo no tengo recuerdos.

—No mientras te dejes morder, de lo contrario los tienes —dijo Liam y Damon sonrió tristemente.

—No es tan sencillo. Soy un dependiente, vivo de eso, me descontrolo y entrego totalmente a un monarquista. Me dejaré morder y querré su sangre si estoy cerca de uno. Perderé recuerdos.

—Solo nos pueden quitar lo que nosotros permitimos que nos quiten. El tiempo es eterno y los recuerdos también. No tienes que torturarte con eso.

—Estoy bien Liam, en serio.

—Estás mintiendo, y te entiendo. Yo... supongo que luego de aceptar que eras bueno y no atacarías a Lizz pasé a desear alejarte de ella por saber que no duraría y no querer verla con un corazón roto. Pensé que a ti no te importaría herirla, ahora veo que me equivoqué totalmente. ¿Temes perderla?

—Temo que todo esto quede en el pasado al igual que muchas otras cosas lo hicieron. Y no quiero que eso suceda. No quiero perderla ni olvidarla ni saber que en algún momento mi condición definitivamente nos separará.

—Mi madre solía tener el mismo temor. Yo la veía, ella rezaba todas las noches para que su hija siguiera con vida al día siguiente. Mi padre, el hombre más sabio que he conocido, le dijo que si no deseaba perderla escribiera sobre ella. Los recuerdos pueden ir y volver pero las palabras quedan sobre el papel. No permitas que tus recuerdos desaparezcan y haz que el tiempo dure tanto como quieras.

—Ojalá fuera tan sencillo como lo haces parecer —dijo Damon y suspiró—. Tu hermana es lo mejor que me ha pasado.

—Solo porque hayas recibido noticias de Elizabeth no es razón para dejar de confiar en Lizz. No debes darte por rendido tan fácil. Mi hermana no estará contenta si lo haces.

—Lo sé, pero no pienso arriesgar su vida por mi egoísmo. Elizabeth la matará o peor si tiene la oportunidad y no quiero que eso suceda. Y sé que tarde o temprano la perderé, no me importa si es doloroso, valoro más su vida que mi corazón.

—Si la dejas para protegerla de Elizabeth no solo te estarás rompiendo el corazón a ti sino que a ella también.

—Eso no vale más que su vida. Yo ya he vivido suficiente, ella apenas unos años. Superará el dolor, lo olvidará, y podrá seguir viviendo. Eso es mejor que morir ahora porque yo fui lo suficientemente imprudente para dejar que Elizabeth la matara.

—Lizz te matará si sabe lo que andas considerando —dijo Liam y Damon sonrió tristemente.

—Ella no lo hará, aceptó no hacerlo. Tenemos un trato, tan solo sería cuestión de que ella no cumpla con su parte y listo.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora