Liam echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos por unos segundos. Estaba cansado y dolorido pero lograba perfectamente demostrar todo lo contrario. Durante unos segundos se preguntó si su hermana siempre se sentiría así. No, a diferencia de él Lizz era una cazadora y como tal estaba acostumbrada a dormir poco, comer menos y vivir del peor modo posible. Ella vivía para la vida salvaje y los lujos de la Sociedad humana le resultaban cómodos pero no su modo de vida. Él, por otra parte, no conocía nada que no fuera la ciudad.
Kaitlyn se dejó caer a su lado en el sillón y se acomodó contra él. Liam le sonrió antes de acariciarle el cabello. Kaitlyn era una persona de lo más angelical. No debía existir nadie más dulce o inocente que ella. Algún día comprendería como era posible que las dos mujeres de su vida fueran totalmente lo opuesto la una de la otra.
—Tengo una buena y una mala noticia —Dijo ella.
—Empieza por la mala —Dijo Liam.
—Ok, mi prima en Londres me contó que algo anda sucediendo allí y que sospecha que no saldrá nada bueno de eso. Por otra parte, la buena noticia, es que no está relacionado con Lizz —Dijo Kaitlyn—. Así que, por lo que yo sé, tu hermana tiene a la Sociedad totalmente confundida. No tienen la menor idea de donde pueda estar.
—Nadie lo sabe realmente —Dijo Liam—. Todos siempre me lo dijeron, si Lizz no quiere ser encontrada no hay modo de hacerlo. Ni siquiera yo sé dónde ella puede estar.
—Está allí afuera, en alguna parte, y está a salvo. Eso es todo lo que te tiene que importar. La conoces perfectamente —Dijo Kaitlyn—. No puedes pasar el resto de los días que esto dure temiendo por ella.
—No es tan fácil —Dijo él.
—Tu hermana era perfectamente consciente de lo que hacía al momento de revelarse y amenazar la vida del principal directivo —Dijo Kaitlyn—. Ella supo en ese segundo que pasaría a ser la persona más buscada y que tendría que dejarlo todo. Pero tú no tienes que olvidar que dejarlo todo fue su decisión. Así que lo mejor que puedes hacer es olvidarte de ella también. Las cosas jamás volverán a ser como antes.
—Lo sé, pero aun así todavía tengo la esperanza de volver a tener una vida tranquila alguna vez —Dijo Liam.
—Con Lizz es imposible tener una vida tranquila —Dijo ella y suspiró al mirar su reloj—. Tengo que irme. Si no estoy en casa en unos minutos mi papá empezará a sospechar y odio mentirle.
—El otro día lo vi en la Sede, ni siquiera me miró cuando lo saludé —Dijo Liam.
—Luego de lo que hizo Lizz él ya no está de acuerdo en que te vea —Dijo Kaitlyn.
—No me sorprende —Dijo él—. Supongo que por eso ya no te pasas tanto por aquí.
—Liam, lo siento, pero sabes que no me gusta mentirle a mi padre y mi madre tampoco está de acuerdo con esto —Dijo ella y se alejó—. Ellos creen que podrías ser una mala influencia y tampoco eres bueno para la imagen de mi familia.
—No, supongo que no. Al parecer ya no soy lo suficientemente bueno como para que tu familia me acepte —Dijo él molesto.
—Por favor Liam, no te enojes —Dijo Kaitlyn.
—¿Cómo quieres que no me moleste si me estás diciendo que tus padres ya no quieren que estés conmigo y tú no te estás oponiendo a eso específicamente? —Preguntó él.
—No eres tú, es por tu hermana —Dijo Kaitlyn—. Y no puedo culparlos, ella realmente se pasó de la raya con lo que hizo.
—¿Qué? ¿Luchar por sus creencias y sus sentimientos? Pues lamento si a tu familia no le gusta pero aquellos son los valores con los que yo y mi hermana crecimos —Dijo Liam.
ESTÁS LEYENDO
Presa (Cazadora #2)
AdventureLizz y Liam Dunne son miembros de la Sociedad, personas dotadas con diferentes habilidades para ser capaces de mantener la paz entre el mundo humano y el paranormal. Con solo diecisiete años, los mellizos han burlado a la muerte más veces de lo que...