Capítulo 25

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El clima era frío en Dublín estando en pleno otoño y resultaba ser un día nublado. Lizz se encogió dentro de su abrigo lamentando haber abandonado el Otro Mundo mientras observaba la laguna debajo de ella. El parque estaba inusualmente vacío esa tarde lo que significaba que la hora se acercaba. Damon se apoyó a su lado en el viejo puente de piedra, él seguía portando el mismo traje que había llevado puesto el día anterior solo que ya no estaba tan limpio o impecable. Habían pasado un buen día juntos pero el tiempo en el Otro Mundo se había escurrido demasiado rápido para ellos.

—¿En qué piensas?

—Tus padres —admitió ella—. Son admirables. ¿Cómo pudo una maestre casarse con un simple informante? Aún ahora sería algo imposible de aceptar, no puedo imaginar entonces en esa época. La diferencia de rango es absoluta. Se supone que uno debe estar con alguien cerca o de su mismo nivel. Es increíble lo que ella hizo, lo que debió haber pasado y soportado que se dijera de ella.

—Si te pones a pensarlo tú aceptaste a un dependiente al estar conmigo y eso no es nada bien visto sin importar que sea un sanador.

—Pero es diferente. Yo no soy exactamente una chica buena. Creo que de algún modo, la misma divinidad que nos creó le gusta hacer de las suyas y castigarnos o recompensarnos por nuestras acciones. La Sociedad no debe haber visto bien la relación de tus padres y entonces ellos te tuvieron a ti, un sanador. A la Sociedad no le debe haber quedado más alternativa que olvidar todos los prejuicios y tratarlos como en realidad se merecían.

—Nunca lo había visto de ese modo. Es interesante.

—La historia de ellos es interesante para tratarse de ese tiempo —dijo Lizz y Damon rió.

—Mi padre era un pobre diablo que no sabía ni sostener un arma, mi madre era la que se ocupaba de eso y murió defendiéndolos con un estoque en mano. Pero por otra parte mi padre era el hombre de mas fuerte palabra que alguna vez conocí, él no se intimidaba ante una discusión ni dejaba de hacer valer su punto, no temía en ese aspecto y si se había decidido en algo se mantenía firme hasta el final.

—¿Qué crees que suceda? —preguntó ella y él suspiró.

—No lo sé —dijo y sonrió—. Debemos haber armado un buen lío. Me hubiera encantado ver la reacción de Elizabeth.

—A mí también. Debe haber tenido un ataque memorable.

—Seguramente. Ailish.

Lizz lo miró al escuchar su nombre y Damon suspiró al buscar algo en el bolsillo de su chaqueta. Él sacó el anillo de Theresa y se lo ofreció. Lizz estuvo sorprendida pero le entregó su mano y permitió que le pusiera el anillo en el dedo anular, junto al anillo de Saoirse que ella llevaba en el dedo del medio. Damon sostuvo su mano y se acercó un paso más a ella. Lizz se mantuvo en silencio, sosteniéndole la mirada sin saber qué pensar.

—Me gustaría que lo conservaras, por favor. Tú fuiste quien lo encontró y creo que eso es por algo.

—Gracias —susurró ella.

Apenas si fue capaz de pensar para responder algo. Damon sonrió y besó su mano, sus profundos ojos marrones brillando con alegría. Ella sabía lo que aquello debía significar para él, debía verle un valor mucho más importante del que ella jamás sería capaz de ver y de algún modo estaba desafiando el temor que él tenía hacia los anillos entre parejas. Y era todo eso lo que más la abrumaba, ser consciente de lo que significaba para él lo que estaba haciendo y no tenía la menor idea de cómo debía reaccionar o responder.

Pero a Damon no le molestó su silencio, él sabía que hasta algo tan simple como tomar su mano desconcertaba completamente a Lizz por no saber qué hacer ante cualquier muestra de afecto. Ella tomó su reloj y suspiró al ver la hora, ya era tiempo. Ambos dejaron atrás el puente y caminaron por los senderos para llegar al punto indicado. El parque estaba completamente vacío, incluso los habituales animales se habían ido y Lizz sabía lo que aquello significaba. Una helada brisa pasó sobre ellos helándola completamente. Lizz se abrazó a si misma y Damon la rodeó con un brazo antes de sostenerla contra él. Ella le ofreció una ligera sonrisa a cambio.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora