Capítulo 13

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La mañana siguiente no fue diferente. Ella no había vuelto en todo el día, ni siquiera parecía que hubiera vuelto durante la noche. Liam miró con odio y desconfianza a Damon cuando terminó de desayunar y se levantó de la mesa. No le había dirigido la palabra hasta entonces y tampoco parecía que fuera a hacerlo. Marcus se llevó tres pastillas a la boca y las tragó con un poco de café. Él parecía agotado, como todos los días, y tenía puestos unos grandes auriculares para escuchar música que por más de los reclamos de Liam no se había quitado.

—No es mi culpa, Liam —Dijo Damon y Liam se dio vuelta para mirarlo sin intentar ocultar la furia que sentía.

—Sí lo es. Tú apareces aquí, te paseas unos días como si nada nunca hubiera sucedido y luego Lizz simplemente desaparece. Esta es su casa, no tuya. Deberías ser tú quien estuviera afuera y no ella. No sé qué habrás hecho para causar esto pero será mejor que lo soluciones rápido —Dijo él.

—No hice nada —Dijo Damon.

—Ella te está evitando —Dijo Marcus y subió el volumen de la música—. Y por favor, cálmate. Me causas migraña.

—¿Por qué me está evitando? —Preguntó él y Marcus se hundió de hombros.

—No lo sé. Es algo que todavía no pude averiguar —Dijo él.

—Entonces sí es por tu culpa —Dijo Liam.

—No me ha dicho que lo fuera. Hablé con ella anoche. Si Lizz desea ser encontrada entonces es fácil hacerlo pero si ella no lo desea te puedo asegurar que no verás una pista de ella en siglos. Tú deja de preocuparte tanto por ella —Dijo mirando seriamente a Liam—. Ella es más capaz de lo que puedes llegar a creer. Yo la vi enfrentándose a Elizabeth y la he visto enfrentarse a más problemas de los que eres consciente. No le pasará nada. Todos estos años vivió miles de peligros a costa tuya y sin embargo no le pasó nada. Y tú —Continuó él y miró a Damon—. Si realmente sientes algo por ella ve y díselo porque te puedo asegurar que ella no vendrá aquí y te preguntará si es así. Ponte en pie y sal a buscarla porque si ella realmente te odiara ya habría amenazado de verdad tu vida unas cuantas veces.

—Marcus, métete en tus cosas —Dijo Liam—. Y bájale el maldito volumen a esos auriculares, te quedarás sordo.

—Liam, métete en tus cosas —Respondió él del mismo modo y se puso en pie—. Ya que no quieren mi ayuda me iré. Tan solo espero que ambos hagan lo correcto antes que sea demasiado tarde. Una vez ella simplemente no volverá y entonces ya no podrán hacer nada porque si Lizz no desea ser encontrada nadie será capaz de hacerlo.

*********

Falco se detuvo en la puerta del establo junto con la mujer que lo acompañaba. Le tomó menos de un segundo echarle un rápido vistazo al terreno y analizarlo tan solo para comprobar que no había ningún peligro. Sacudió ligeramente el pie para quitarse la paja que había tocado su zapato. Estaba elegantemente vestido como acostumbraba, como si siempre tuviera una fiesta a la cual asistir o una cita a la cual llegar a tiempo. Lo único que rompía su elegante apariencia era el arco y la aljaba que colgaban de su espalda.

La mujer a su lado, por otra parte, era un gran contraste. Ella era baja y gorda. Su cabello negro estaba recogido en un caos y ella parecía apurada ya que tenía tareas que cumplir. Su lápiz labial rojo estaba corrido y sus manos callosas. Probablemente su apariencia era tan solo el resultado de su costosa vida y su esfuerzo por salir adelante.

Falco se adentró en el establo y se detuvo al encontrar lo que buscaba. La mujer retorció sus manos con nerviosismo al pararse a su lado y mirar lo mismo. Lizz estaba extendida sobre un montón de paja durmiendo libremente.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora