Damon tiró de su cabello mientras su vista seguía fija en el techo. Aquello era algo que le ayudaba a estar en calma y mantener la paz, sin importa el tiempo o la situación siempre se sentiría igual. Y solo entonces algunas cosas eran sencillas de recordar. Podía sin difícultad pensar en su vida cuando era un niño, siempre había pasado tiempo mirando el techo antes que sus padres lo arrastraran a la iglesia por las mañanas. Si cerraba los ojos y se concentraba casi podía asegurar escuchar la voz de su madre diciendo que no perdiera el tiempo o los preocupados pasos de su padre mientras intentaba arreglar su vestimenta para que luciera apropiada.
Se levantó y sintió el mareo casi al instante, la familia migraña junto con la sensación de vacío en su mente. Se llevó una mano al cuello solo para encontrar el rastro de una mordida y sangre en su piel. Ya había vivido aquella situación mil veces y probablemente sería así cada mañana del resto de su existencia. Elizabeth finalmente lo había perdonado y dejado volver a convivir con ella en su cuarto de hotel lo que significaba, para su suerte, no tener que convivir con Lizz o con Liam que ahora no perdía una oportunidad de poder esta con Kaitlyn.
Debería estar contento por el maestre, con todo lo que había hecho por él merecía aquello más que nada, pero verlo tan feliz con su novia era algo que simplemente no podía soportar y le dolía ya que le recordaba a lo que estaba renunciando. Había evitado a Liam luego de lo que le había confesado. Se sentía terrible por lo sucedido. Le había dicho que lo consideraba un amigo y él solo había pensado en alejarlo y hacer que lo odiara a causa de un tonto impulso causado por las palabras de Lizz. Prefería no saber lo que Liam pensaba respecto a su pasado aunque tarde o temprano tendría que enfrentarlo.
Cerró los ojos y se ocupó silenciosamente de deshacerse de la mordida y curar su herida. Sus manos juntaron la piel y carne desgarrada y sus dedos se ocuparon de no dejar ninguna marca. A excepción de la sangre en su piel, ya no había nada más, ni una simple cicatriz. Fue al baño para ocuparse de eliminar cualquier rastro y minutos después se vistió antes de bajar a recepción. Elizabeth estaba allí, teniendo a todos bajo su poder gracias a una simple mirada y jugando con los empleados a su antojo.
Había un hombre en el suelo limpiando sus botas con una perdida mirada y una mujer, posiblemente una huésped, vaciando su bolso para entregárselo por un simple capricho ya que a ella le había gustado. Elizabeth era así, no dudaba en aprovechar sus ventajas para obtener cualquier cosa que deseara y estaba acostumbrada a que todos le sirvieran. Ella sonreía con diversión, disfrutando de su poder. Damon se acercó y ella solo necesitó chasquear sus dedos para que todos partieran y los dejaran completamente solos.
—¿Qué piensas hacer hoy? —Preguntó ella.
—De momento no lo sé.
—Podrías acompañarme.
—Prefiero estar contigo sin que haya un tercero.
—¿Es eso o es que prefieres no tener que ver lo fácil que tu amante se olvidó de ti? —Preguntó Elizabeth enfurecida y en menos de un segundo estuvo frente a él y a muy poca distancia—. ¿Piensas que no lo he notado? ¿Que no he visto cómo la miras? Te olvidas que no puedes ocultar nada de mí, ni un simple pensamiento. Nada. Porque escucho tu música y la leo tan fácilmente como un libro. Y desde el primer maldito segundo que estuvo de vuelta no has dejado de anhelarla o sufrir por tus sentimientos ya no correspondidos al parecer. A veces se gana y a veces se pierde y tu pequeña zorra irlandesa no era algo que ibas a conservar así que olvídate de ella completamente. He sido tolerante solo porque la carne es más débil en los hombres y no has hecho nada hasta el momento con ella pero dame un motivo y la mataré.
—Y entonces perderás tu acuerdo con la Sociedad, querida —Dijo él tranquilamente—. Y yo ya no tendré que casarme contigo.
—Parecerá un accidente, nadie sospechará —Dijo Elizabeth y Damon le sonrió con malicia antes de inclinarse para estar más cerca.
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Presa (Cazadora #2)
AdventureLizz y Liam Dunne son miembros de la Sociedad, personas dotadas con diferentes habilidades para ser capaces de mantener la paz entre el mundo humano y el paranormal. Con solo diecisiete años, los mellizos han burlado a la muerte más veces de lo que...