Capítulo 9

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—Perdiste mi ropa —Dijo Lizz de mala gana.

—Tuve que huir, con suerte logré salvar tu aljaba —Dijo Riley y ella se bajó de su espalda una vez que estuvieron frente al Lago Hin.

—Aún así —Dijo ella.

—Tampoco es como si tú hayas dejado la situación muy tranquila luego de tu declaración —Dijo Riley—. ¿En qué demonios estabas pensando?

—Tú también no. Ya bastante tuve con Liam —Dijo ella.

—¿Cómo pudiste haber hecho lo que dices? —Preguntó Riley alterado—. ¿Acaso no te detuviste a pensarlo ni un solo segundo?

—Era parte del plan —Dijo Lizz y se acercó a Riley sin dejar de vigilar a Damon quien se mantenía a distancia—. Si no lo hacía se hubiera sabido que yo sospechaba algo.

—¿Tienes idea de los problemas que esto puede traerte? —Dijo Riley.

—Él es un sanador, y es inglés. Creo que estoy perfectamente cubierta —Dijo ella.

—¿Qué? —Dijo él—. ¿Es miembro de la Sociedad?

—¿Creías que no? —Dijo Lizz y Riley la tomó por la muñeca cuando intentó alejarse.

—Me explicarás todo esto ahora. Yo sé lo que he visto. Estoy metido en esto también Lizz —Dijo él—. No puede ser un miembro de la Sociedad. ¿Cómo demonios terminaste metida en este tipo de asuntos? No me importa cuál sea la razón no puedes protegerlo manteniéndote a ti en peligro. Lo odias. Haz una declaración completa de una maldita vez a la Sociedad y líbrate de este problema.

—No es tan fácil —Dijo ella y se deshizo de su agarre.

—¡Lizz! —Exclamó Riley pero no logró alcanzarla.

Ella fue más rápida y en cuestión de segundos logró quitarse la camisa y saltar dentro del Lago Hin. Riley se detuvo a la orilla y soltó una maldición al saber que él no tenía derecho siquiera a tocar aquel agua. La observó durante un momento, molesto porque ella hubiera logrado escapar tan fácil de su interrogatorio. Y ella simplemente se alejó nadando de modo que él no pudo hacer nada.

Dijo otro improperio y luego se dio vuelta mientras intentaba calmarse. Se apoyó contra un árbol y observó desde allí a Lizz sin inmutarse un milímetro. No le importaba si tenía que esperar hasta la noche para que ella saliera, no se escaparía de sus preguntas. Resopló de mala gana y desvió la vista cuando Damon estuvo cerca suyo.

—Si ella tiene problemas por tu culpa yo mismo te entregaré —Dijo Riley—. Conozco perfectamente a los de tu tipo, siempre aprovechándose de sus ventajas para conseguir lo que desean. ¿Acaso eres como Falco también? ¿Te aprovechas de lo que puedes conseguir con tu simple apariencia? No sé cómo habrás hecho para que ella te encubra pero si se mete en más problemas por tu culpa yo mismo me encargaré de ti.

—Nunca fue mi intensión que ella estuviera en problemas por mi culpa. ¿Crees que disfruto de esto? Tú no sabes nada de mí ni de lo que en realidad soy, no puedes opinar. Si me conocieras realmente sabrías que lo último que deseo es que ella tenga más problemas por mi culpa —Dijo él—. Ya bastantes tuvo por eso.

—Tampoco puedes siquiera considerar morderla —Dijo Riley de mala gana—. Esa mordida solo puede ser de un monarquista.

—No lo soy. Prefiero no considerar las opciones si realmente lo fuera —Dijo Damon.

Lizz nadó de vuelta hasta estar cerca de ellos y se apoyó sobre una roca que había en el lago. Allí mismo parecía una sirena, con la cabeza lo suficientemente fuera del agua como para observar en silencio con sus profundos ojos azules. Permaneció en silencio siendo completamente ignorada por los dos jóvenes, su serio semblante ocultando más de un secreto.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora