¿Cómo era posible que ella hubiera cambiado tanto? ¿Qué le habían hecho? Damon intentaba más que nada alejar sus pensamientos y no pensar en aquello pero le resultaba imposible. Ya no quedaba nada de la chica que él conocía, ni siquiera sus principales ideales. Lizz nunca se hubiera dejado dominar por nadie y Lizz nunca hubiera tratado a alguien menor que ella como un niño. Cuando Mason le dijo de salir de la Sede él aceptó la oferta del acróbata como una salvación de sus torturas. No deseaba volver a ver a Lizz y no podía caminar por los pasillos sin preguntarse al cruzarse cualquier joven si él también habría estado con ella.
Afuera llovía y por más que Mason le ofreció su paraguas él lo negó. El agua cayéndole sobre el rostro lo refrescó y le puso orden a su mente. Caminar unas cuadras bajo la lluvia fue realmente reconfortante. Sentía como si toda su furia se evaporara con el frío agua. Respiró profundamente aquel húmedo aire esperando así deshacerse de cualquier mal sentimiento y caminó en silencio junto a Mason.
Ambos entraron en un edificio que quedaba cerca de la Sede y subieron los escalones hasta el segundo piso. Mason tomó las llaves de su departamento y abrió la puerta. Era un lugar enorme y con una decoración moderna. Mason sonrió con orgullo mientras hacía girar las llaves en un dedo. Damon sacudió la cabeza y se quitó su abrigo totalmente empapado antes de entrar. Mason lo tomó y lo colgó de una percha junto a su paraguas.
—¿Cuánto cobra un miembro de la elite por mes? —Preguntó Damon y la sonrisa de Mason se ensanchó.
—Es un lindo número —Dijo él—. ¿Deseas algo de tomar? Tengo lo que te imagines.
—No por el momento —Dijo Damon y examinó el lujoso departamento—. ¿Alquilas?
—Es mío desde hace dos años, casi tres —Dijo Mason—. Aunque me gusta más mi casa en el Mediterráneo. A veces hago fiestas aquí, me gusta, aunque la última vez terminaron llamando a la policía. Deberías ver la casa de Sara en el campo, o el auto de Gabriel. Dejando a los directivos de lado somos los que más ganamos. Y lo bueno de este lugar es que no hay cámaras o micrófonos y ya he dicho que me ocuparía de ti esta mañana por lo que no hay ningún peligro.
—Entonces tú serás mi niñero de momento —Dijo Damon y se dejó caer sobre un sillón de cuero negro—. Al menos tú tienes mejor actitud que el otro.
—¿Cómo resultó el desayuno? —Preguntó él.
—He tenido peores —Dijo Damon—. ¿Sabes lo que se siente estar frente a una persona y no reconocerla? Eso sin contar algunas cosas de las cuales me enteré. Al parecer tu querido líder tiene más cuernos que un alce pero no tiene modo de probarlo.
—No sé si lo notaste pero Lizz puede conseguir estar con cualquier persona que desee, no es como si le fuera muy difícil —Dijo Mason.
—Sí. Y también sé que estuviste con ella en París —Dijo Damon tranquilamente y Mason se paralizó—. Será mejor que hables o yo te haré hablar. No estoy de humor para fingir que tengo paciencia. Ya te mostré la prueba que querías, ahora habla.
—Si dices algo te mato. Falco me arrancará el rostro si se entera. No fue mi culpa. ¿Ok? Ella puede llegar a ser muy persuasiva y no pude decir que no. ¿Crees que quería estar con la novia de mi líder a sus espaldas? Me matará si alguna vez lo sabe, no dudo de eso. ¡Fue ella! Yo no lo hubiera hecho, hubiera podido seguir controlándome —Dijo Mason y Damon rió.
—Es ridículo, quiero matarte. ¿Entiendes? —Dijo Damon sonriendo—. Dios, creo que estoy celoso. Nunca antes lo había estado. Más de un siglo y medio y me tenía que pasar esto con la única mujer que me desquicia. Y como si perderla fuera poco ahora que la encuentro me tengo que enterar que no anduvo perdiendo el tiempo. Yo quiero arrancarte el rostro.
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Presa (Cazadora #2)
AdventureLizz y Liam Dunne son miembros de la Sociedad, personas dotadas con diferentes habilidades para ser capaces de mantener la paz entre el mundo humano y el paranormal. Con solo diecisiete años, los mellizos han burlado a la muerte más veces de lo que...