Capítulo 21

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Lizz gimió ante el inexplicable placer y sus piernas flaquearon. Perdió cualquier fuerza y Damon la tuvo que sostener para que no cayera al suelo. Ella tan solo deseaba más, no podía sentir nada más que aquel placer extremo que la mantenía al borde de la locura y la inconsciencia. Su respiración era totalmente agitada y descontrolada, casi un gemido constante. Cada gota de sangre dentro de sus venas ardía, cada centímetro de su piel tan solo deseaba más. Ella no podía escuchar en el fondo los gritos de Falco, no podía sentir nada a excepción del intenso éxtasis que le provocaba aquella mordida.

Ni siquiera cuando Damon torció su mordida sobre su mano ella sintió algo más o le prestó atención. Él soltó su mano y ella hizo a un lado totalmente su cabeza y dejó su cuello al descubierto antes de apoyarse contra él. Estaba totalmente rendida y tan solo deseaba sentir su mordida una vez más. Aún seguía bajo el efecto del desenfrenado placer. Él la miró con horror pero ella tampoco le prestó atención.

—Por favor —Susurró en su oreja mientras exponía totalmente su cuello, ella se estaba entregando totalmente.

—Ailish, no —Dijo él sosteniéndola.

—Estaba segura que no podrías morderla, no realmente —Dijo Violeta y Damon la miró mientras seguía sosteniendo de un modo protector a Lizz con ambos brazos quien se dejaba hacer aún bajo el efecto de lo anterior. Violeta sonrió—. ¿Te duele ver a tu chica en tal estado? Totalmente entregada, totalmente dispuesta. ¿Creíste que no lo sabría? A Liz le pareció correcto que te recordara quién eres tú y quién es esa chica totalmente entregada que ahora está en tus brazos.

—Entonces dile a esa arpía que deje de meterse en mi vida —Dijo Damon.

—Nos vimos una tarde para tomar el té hace unas semanas, al parecer tú estabas demasiado ocupado sufriendo por esta chica como para darte cuenta. La cazadora estaba viva, admito que hasta yo me sorprendí de eso —Dijo Violeta—. Pobre niña, creía ser tan fuerte pero cedió igual o más fácil que cualquier persona ante una mordida. Ahora suéltala, necesito deshacerme de ella.

—No —Dijo Damon.

—No es bueno apegarse tanto a las cosas —Dijo Violeta—. Morirá, ambos lo sabemos. Lizz Dunne no tiene futuro, debería haber muerto hace dos meses junto con toda su familia. Es hora de cumplir lo que no se hizo en ese momento.

Damon tiró a un lado a Lizz cuando Violeta estuvo en menos de un parpadeó frente a ellos e intentó atacarla. Él sujetó a la monarquista y ella lo golpeó fuertemente para liberarse. Violeta intentó nuevamente llegar hasta Lizz pero él la detuvo. Con uñas y dientes ella lo atacó mientras Damon hacía lo posible por defenderse. Violeta lo tiró al suelo y él la sostuvo por sus muñecas y la mantuvo alejada mientras buscaba rápidamente un modo de salir del asunto.

Lizz parpadeó varias veces al despertar. Estaba tirada en el suelo, la cabeza le daba vueltas y había sangre en su mano. Se sentía completamente desorientada. Intentó recordar cómo había terminado en aquella situación pero le fue imposible. Miró a Damon peleando a un lado con una monarquista y ella se quedó helada al reconocer a la anfitriona. Necesitaba ayudarlo. Miró a Falco, él estaba atado a una silla y su rostro y ropas estaban manchadas con sangre.

Con mucha dificultad se puso en pie y se acercó hasta él. Tocó su rostro con preocupación y se tranquilizó al ver que estaba bien y consciente. Sintió su corazón detenerse al ver que sus ojos no tenían brillo y que él no podía ver. Tomó el cuchillo que tenía oculto bajo su vestido y rápidamente cortó las cuerdas que lo mantenían atado. Ella empuñó el cuchillo cuando Violeta nuevamente intentó atacarla pero Damon la detuvo y le dedicó una significativa mirada que Lizz entendió enseguida.

—Tenemos que salir de aquí. Por favor Falco reacciona, dime que puedes correr —Dijo ella y él levantó débilmente la cabeza.

—¿Lizzie? ¿Estás bien? —Preguntó.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora