Damon miró tristemente y en silencio la estaca en sus manos. No le había sorprendido despertarse estando solo, hasta dudaba si lo ocurrido la noche anterior había sido real o no. De un modo u otro, había sido un buen momento. Se lamentó por haberle devuelto su collar a Lizz, ahora ya no tendría nada de ella además de sus recuerdos, pero ella lo necesitaba más que él. Para recordarlo, para recordarse que aún en su peor momento había logrado mantenerse de pie y salir a pesar de todo lo que le había sucedido y todo lo que había perdido.
Nicholas entró por la ventana como acostumbraba y se detuvo al encontrar a Damon. Por un momento ambos se miraron en silencio. El cazador tenía todo el aspecto de haber pasado la noche fuera haciendo cosas y durmiendo poco, su ropa estaba arrugada completamente y su cabello despeinado pero fuera de eso su expresión era entusiasta y enérgica. Como cualquier cazador no necesitaba dormir mucho. Nicholas miró la estaca que Damon sostenía entre sus manos y luego lo miró a él.
—Espero que no estés pensando en hacer algo realmente estúpido.
—¿No lo estoy haciendo al casarme con Elizabeth?
—Estoy hablando en serio —dijo Nicholas—. Tú historia no es una tragedia, no la conviertas en tal.
—Una tragedia no solo incluye la muerte física de un personaje, también puede ser la muerte psicológica al este caer en la locura —dijo Damon y suspiró—. Pero tranquilo, no estoy pensando en utilizar esta estaca. ¿Puedes creer que es el regalo de boda de Falco?
—Perfectamente, no me sorprende de su parte.
—Realmente no entiendo a ese sujeto. Me da esto y luego hace que su sirviente me diga que ella me está engañando y me sigue amando —dijo Damon y dejó la estaca sobre la mesa.
—Ese príncipe es la persona más compleja que jamás he conocido pero te puedo asegurar que es un excelente cazador y cada cosa que hace la hace por algo. Él tiene su propio juego y créeme, rara vez no se sale con la suya ni consigue lo que quiere. Yo conservaría la estaca, quizás sea algo importante.
—No pienso matarme y tampoco puedo matar a Elizabeth tal como desearía, no es útil. ¿Qué haces aquí?
—Liam dijo que podría bañarme y cambiarme. ¿Qué haces tú aquí? ¿No se supone que te casas en poco más de una hora?
—Sí, supongo que ya debería haber salido. ¿Y los demás?
—Riley anda con Lady Gwe haciendo de las suyas y la última vez que vi a Lizz iba del brazo de ese joven deductor riendo y desafiándose por quién era más astuto. Creo que fue al hotel de él a cambiarse.
—¿Ella va a asistir? —preguntó Damon sintiendo una mezcla de pánico y ansiedad.
—Eso parece. Tiene un par de asuntos pendientes que concluir. Yo también —dijo Nicholas y suspiró—. Es bueno encontrarte aquí, quería despedirme. No sé si te vuelva a hablar, no sé si estaré aquí cuando todo esto termine. Pase lo que pase hoy temo que una guerra será inevitable. Intentaremos que así no sea pero sabemos que Elizabeth no es un enemigo fácil de vencer.
—Sabes que yo no dejaré que eso pase, podré controlarla. Ella no desobedecerá los deseos de su esposo.
—Eso espero. Lizz está buscando a una dependiente llamada Hunter. ¿Sabes algo de ella?
—Nunca la escuché nombrar.
—Eso supuse.
—Ella es quien mató a los Dunne. ¿Verdad?
—Sí —dijo Nicholas y se alejó—. Iré a darme una ducha, te veré en la ceremonia primo. Te daría mis felicitaciones o algo pero temo que ese no es el caso.
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Presa (Cazadora #2)
AdventureLizz y Liam Dunne son miembros de la Sociedad, personas dotadas con diferentes habilidades para ser capaces de mantener la paz entre el mundo humano y el paranormal. Con solo diecisiete años, los mellizos han burlado a la muerte más veces de lo que...