Capítulo 10

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Lizz apretó los dientes pero no dijo nada mientras Nicholas se ocupaba de cambiarle el vendaje del brazo. Una herida de flecha en su brazo bueno le había resultado de lo peor pero con el tratamiento correcto al menos el dolor era soportable. Ella cerró los ojos y luego bajó la manga de su camiseta cuando él terminó. Una y otra vez masajeó su brazo para favorecer la circulación e intentar aliviar el dolor. Riley los observaba desde el otro lado del cuarto con reprobación e inquietud, últimamente él siempre estaba así.

—Debiste haber dejado que la flecha lo alcanzara —dijo él molesto.

—Es mi primo, no dejaré que algo le suceda —dijo Lizz.

—Ahora con el brazo así no nos servirás de mucho, con suerte puedes disparar. Y Nicholas no es más que un idiota por haberte disparado.

—Calma, parece que alguien anda demasiado alterado y nervioso hoy —dijo Nicholas.

—Si por hoy te refieres a los últimos tres días tienes razón —dijo Lizz y suspiró antes de mirarlo—. Escucha, fue un accidente, nadie tenía la intención de que esto pasara y no esperaba encontrar a Marcus así. Simplemente olvídate de lo sucedido.

—¿Cómo quieres que me olvide si ahora estás así? —exclamó él—. Ahora que sabemos que un monarquista y su dependiente están en Dublín lo último que necesitábamos era esto.

—Todavía no estoy tan mal como para no poder disparar.

—Además, en caso de que ella no pueda, yo ya he matado un monarquista antes. —dijo Nicholas—. Y aún tenemos el elemento sorpresa, una gota de mi sangre los sorprenderá totalmente.

—Eso no importa, no estamos en una situación para permitirnos esto. Ella no puede estar herida.

—Nunca antes te había importado. ¿Qué te anda pasando? ¿Cuál es tu problema? —preguntó Nicholas.

—Su problema tiene un nombre —dijo Lizz mirando con cuidado a Riley cuya expresión por un segundo se desfiguró—. Pero te lo negará, y también se lo negará a si mismo. Está intentando luchar contra eso.

—Estás equivocada —dijo Riley y ella se hundió de hombros.

—Ok, haz como quieras. Pero en caso que esté en lo correcto tan solo te diré una cosa, pelear tan solo te llevará al borde de la locura.

—No sé a lo que te refieres —dijo él y ella lo miró de un modo asesino al ver que estaba dispuesto a pronunciar su segundo nombre.

—Ni lo pienses —dijo y Riley sonrió.

—Sigo sin poder relacionar ese nombre contigo.

—No sé ni por qué no te gusta, a mí me gusta tu verdadero nombre —dijo Nicholas.

—¿Él sabe tu verdadero nombre y yo no? —preguntó Riley indignado.

—Escuché a Damon decirlo una vez.

—La amenaza va para ti también —dijo Lizz—. Si alguno de los dos se atreve a pronunciarlo les dispararé.

—A él lo deja pronunciarlo libremente —dijo Nicholas.

—No es justo. ¿Por qué a él lo dejas y yo ni siquiera sé tu nombre? Al parecer un sujeto que conociste hace unos meses vale más que diez años de amistad.

—No me pidas que elija entre él y tú porque no pienso hacerlo. Además, yo nunca le dije mi nombre al igual que a ti —dijo Lizz.

—¿Entonces cómo es posible que lo sepa? —preguntó Nicholas y ella se apoyó contra la pared.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora