—¿Eres religiosa? —preguntó Kaitlyn.Lizz levantó la vista, saliendo de sus pensamientos, y ladeó ligeramente la cabeza al mirarla. Kaitlyn seguía pareciéndole demasiado pura e inocente. A veces Lizz se olvidaba que apenas le llevaba unos pocos meses y le parecía como si demasiados años las separasen. Probablemente porque ella había tenido una vida dura y difícil, pasado por demasiados peligros y vivido demasiado para tener tan solo dieciocho años, mientras la joven a su lado siempre había tenido todo fácil y a pesar de haber terminado su entrenamiento como maestre aún le faltaban unas semanas para cumplir la mayoría de edad y empezar con su servicio.
—No soy como tú, no voy a la iglesia cada domingo ni rezo cada noche antes de dormir. No creo en ese tipo de cosas, no me parecen necesarias.
—¿Entonces en qué crees?
El día había sido largo y agotador en compañía de Elizabeth. Lizz se las había arreglado para no volver a tener ningún inconveniente luego de lo sucedido en la iglesia pero eso no había evitado que su nueva jefa la tratara como una sirviente, una esclava más bien. Mientras Elizabeth había complacido a una aterrada Kaitlyn con todo tipo de favores no había dudado en abusar de Lizz. Ella apenas había logrado comer algo al mediodía mientras jugaba una carrera contra Elizabeth para llegar antes a los lugares y no disgustarla con hacerla esperar.
La noche era calmada y fresca, como una noche de otoño a finales de Octubre debía ser. Las estrellas brillaban en el oscuro manto del cielo y el fluir del agua era sereno. Ambas estaban caminando junto al Liffey, en silencio hasta que Kaitlyn lo había roto con sus palabras. Resultaban un espectáculo singular. La joven rubia, de inocente rostro y buena actitud junto a la chica castaña, conocida por ser problemática y tener una actitud más que cuestionable. Kaitlyn siempre le había resultado demasiado angelical para su gusto, tanta dulzura pareciéndole empalagosa pero ahora que ella no era presionada en ser perfecta Lizz casi la consideraba una amiga.
—Creo en lo mismo que tú. Pero no creo que sea necesario todo lo que tú haces. ¿Si existe un Dios por qué él me querría más o menos si voy a su templo o no? Liam piensa lo mismo, creí que lo sabrías.
—Lo sé. Tan solo intento comprenderte. Te he visto juntar las manos y susurrar unas palabras antes de comer, Liam no lo hace. Y no creo que estés bendiciendo la mesa ni nada de eso.
—Creo en un Dios y todo eso pero también creo en la vida. No hay nada que valore más. Conoces mi situación, sabes que la mala suerte pesa sobre mí.La vida hizo una excepción conmigo al no dejarme morir. ¿Alguna vez Liam te contó sobre cómo logré sobrevivir tantos años con esto?
—Él dijo que tomabas agua del Lago Hin, que era un lago puro y sagrado del Otro Mundo y eso te ayudaba.
—El agua del Lago Hin tiene propiedades únicas, algunos hasta se atreven a decir que puede traer a alguien de vuelta de la muerte. Es tan puro y sagrado que nadie que no sea un Vynx puede tocarlo y solo los Black Knight, por un favor del rey, tienen derecho a tomar agua de allí. Había un joven príncipe, lo suficientemente tonto para acercarse a una chica con mala suerte, para ayudarla a pesar de su condición. Él me dijo que no me diera por vencida, que me levantará y nunca me rindiera. Mientras estás en el suelo eres débil pero del momento en que intentas ponerte de pie ya eres fuerte. Él siempre vio todo como alguna fórmula perfecta, un cálculo exacto. Creía que por cada cosa que se daba se recibía. Me enseñó a valorar la vida. Me mostró más allá de lo que un humano ve. Y cuando creyó que estaba lista me entregó el acceso al Lago Hin. Puedo tocar el agua, puedo zambullirme dentro y nadar durante horas, disfrutar de lo bien que le hace a mi cuerpo y a mi salud. Soy la única en poder. Solo un noble de muy alto puesto puede brindarle algo así a alguien que no sea un Vynx, aun a un humano que somos los seres más inferiores para ellos, más salvajes y despreciables. Me regaló la vida. Hubiera muerto de lo contrario.
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Presa (Cazadora #2)
AdventureLizz y Liam Dunne son miembros de la Sociedad, personas dotadas con diferentes habilidades para ser capaces de mantener la paz entre el mundo humano y el paranormal. Con solo diecisiete años, los mellizos han burlado a la muerte más veces de lo que...