Capítulo 20

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El reloj marcó las ocho pero Lizz nunca apareció. Damon la esperó con impaciencia en la sala de estar del piso de la elite. No había podido dormir tan solo de pensar que ella había pasado una tarde con Xavier. El modo despiadado y cruel en que el estratagema la había tratado al momento de hacerle olvidar lo había torturado y él había temido por ella. Los minutos pasaron y Lizz no llegó. Algo estaba mal, ella siempre era puntual, ella le había dicho que la esperara.

Damon se sobresaltó al escuchar la puerta pero tan solo se encontró con la mirada de Violet. Se sintió confundido y creyó reconocer al hada pero tenía cosas más importantes por las cuales preocuparse y pensar. Una y otra vez intentó convencerse de que Lizz estaba bien y nada le había sucedido. Tocó con necesidad la cadena alrededor de su cuello para recordarse que ella era fuerte.

—Ella no vendrá —Dijo Violet y Damon la miró con preocupación—. La estás esperando. ¿No es así? Lizz no está aquí hoy.

—¿Qué le hicieron? —Preguntó él.

—Lo que sucede cuando no sigues las reglas del juego —Dijo ella—. No la esperes más, nunca aparecerá.

—¿Dónde está tu líder? —Preguntó Damon furioso.

—Falco está ocupado además dudo que quiera hablar contigo —Dijo Violet.

—¿Dónde está tu líder? —Repitió él.

Violet retrocedió un paso al escuchar la furia en su voz. Damon no pudo controlarse más y simplemente la empujó a un lado antes de salir. Aspiró profundamente el aire del pasillo y enseguida captó la esencia del cazador. Irrumpió en el escritorio sin detenerse a pensarlo. Falco estaba de pie en medio de la habitación dictando unas palabras y se detuvo al ver a Damon. Gabriel dejó de copiar en aquel momento. Incluso Sara y Hayley dejaron su discusión de lado y prestaron atención al igual que Zacarias y Nichole.

Los ojos de Falco se oscurecieron con odio cuando se fijaron en Damon, estaba molesto por la interrupción. Durante un momento todo fue silencio y tensión en la habitación. Falco suspiró y dejó de lado cualquier cosa que estuviera haciendo. Al menos aquella vez no parecía feliz, ni siquiera divertido ante la situación. Era frío y sereno pero sus ojos tenían un leve brillo azul de tristeza.

—¿Qué le han hecho ahora? —Preguntó Damon.

—Aquel asunto no es de tu incumbencia —Dijo Falco.

—Escúchame bien maldito dividido —Dijo Damon y se paró frente a él—. He soportado todos tus estúpidos juegos desde que te conozco. Me delataste ante el directivo de New York, intentaste matarme, te aprovechaste de mí y aún más de ella todo este tiempo y sin embargo no te he hecho nada pero ya me has cansado. Ahora dime qué le han hecho esta vez o verás que no soy tan inofensivo como crees.

—Te repito que este asunto no te incluye. Ella simplemente intentó salirse de su lugar, ir contra las reglas del juego, y se le recordó cuál es su lugar y deber —Dijo Falco.

—¿Entonces eso es para ti? ¿Un juego? Si realmente ella te importara al menos un mínimo de lo que pretendes no harías esto —Dijo Damon—. ¿Crees que no sé lo que el maldito de Xavier le hizo, que no lo vi? Y tú estabas de pie allí, mirando sin hacer nada, sin ayudarla.

—No es como si realmente hubiera tenido otra opción —Dijo él.

—La tenías y no la tomaste porque eres un cobarde y un traidor, porque la volviste a abandonar a su suerte como hiciste la otra vez —Dijo Damon.

—¡Tú no sabes nada de esa vez! —Exclamó Falco furioso.

—Ella me lo contó todo. Fuiste su primer amigo, le importabas más que cualquier otro cazador. Aún cuando se distanciaron por tu tonto resentimiento ella se seguía preocupando por ti. Entiéndelo de una vez, nunca quiso quitarte el puesto que tú tanto deseabas. Pero creo que no lo tuviste en cuenta. No, realmente no lo tuviste en cuenta al momento de abandonarla aquella noche y prácticamente entregarla a los lobos. ¡Y a pesar de eso le seguías importando! ¿Debo recordarte lo que sucedió en Saint Patrick's? Pero tampoco te importó al momento de hacerle esto —Dijo Damon.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora