Capítulo 13

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Riley levantó la cabeza, había estado completamente distraído por lo que no había escuchado. Su mano seguía acariciando inconscientemente la desnuda pierna de ella, deslizándose una y otra vez por la sedosa y perfecta piel. Por más que nunca le había dado mucha importancia al tiempo siempre aprovechaba el día y se despertaba a primera hora pero estando con ella no tenía ganas de levantarse. Gwe podía llegar a ser tan fría como un témpano de hielo con los demás pero con él era completamente diferente, tan cálida y radiante como una rosa apenas florecida.

Ella le sonrió de aquel modo que mostraba que lo había descubierto al saber que no le había prestado atención. ¿Cómo había terminado enamorado de aquella mujer? Había pasado su vida burlándose sin descaro de los tontos enamorados luego de haber sufrido la pena por haber sido un cazador y haber tenido sentimientos. Había desterrado completamente sus sentimientos, le había restado valor a las creencias de Lizz y se había reído de los pensamientos de Nicholas respecto al asunto. Y todo para caer como cualquier otro, ella lo había cautivado totalmente y él no podía imaginar abandonarla.

Su oscuro y grueso cabello estaba despeinado, sus castaños ojos lo miraban con alegría. Ella le había demostrado que los sentimientos no eran un ancla que hundía sino que una cuerda que ayudaba a subir y continuar adelante. Y Riley mil veces se había burlado de los jóvenes enamorados y sus tontos pensamientos solo para en aquel mismo momento estar preguntándose por qué había tenido tanta suerte al encontrarla y cómo era posible que mereciera aquello.

—Tienes esa mirada de nuevo.

—¿Qué mirada? —preguntó él sonriendo.

—Aquella misma que tienes en sueños cuando sabes que estás soñando —dijo Gwe.

—¿Y cómo sé que no te has metido de nuevo a mis sueños y esto no es más que uno?

—Porque estoy despierta y también lo estás tú.

Él le sonrió, era difícil que ella no le provocara aquello. ¿Pero cómo decirle que estar con ella era como un sueño para él? Cuando había encontrado a una joven asustadiza y hermosa y había aceptado pasar tiempo con ella para darle seguridad jamás había imaginado que en realidad se trataría de una princesa con quien estuviera tratando. Gwe había sido atacada junto con sus hermanos y había logrado salvarse pero el miedo no la había abandonado. Ella creía que Lizz había intentado asesinarla y por más veces que Riley le había dicho que había una impostora haciéndose pasar por ella y matando a sangre fría sabía que Gwe nunca le creería del todo. Por eso lo había buscado a él y le había pedido que la protegiera, porque era el mejor amigo de Lizz y el que mejor la conocía como para poder proteger a otros de ella.

—Ya es pasado el mediodía —dijo Riley.

—¿Y eso qué? Si no te gusta estar aquí conmigo puedes irte, sabes que no te retengo.

—No tienes por qué hacerlo, quiero quedarme. Es eso o acompañar a Nicholas y no era un buen itinerario.

—¿Nada de cacería hoy?

—Dijo que le haría compañía a Lizz, eso incluye una prueba de vestido y música, y además de que no tengo paciencia para ese tipo de cosas de chicas no me gustaría pasar el día cerca de una monarquista.

—Ya veo —dijo ella y volvió a recostarse clavando su vista en el techo—. Yo tampoco iría en tu lugar. Pero yo tampoco salgo mucho de aquí.

—Podría llevarte a la Corte.

—No empieces con eso, por favor. No puedo. Mi hermano no deja de pedirme que vuelva y tu amiga ya se ha pasado para recordármelo.

—Gwe, no te pasará nada —dijo él y se estiró para tomar su mano—. Te lo prometo. Te protegeremos, es nuestro deber. Somos cazadores. Si no crees que podemos escoltarte y llevarte a salvo hasta la Corte qué queda para nosotros. Tienes que volver, que estar a salvo.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora