Capítulo 5

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Lizz entró en su casa ignorando completamente las palabras de su molesto hermano o las protestas de Damon. Respiró profundamente al estar de vuelta, había pasado demasiado tiempo desde la última vez que había estado allí y ahora definitivamente no partiría. Todo le resultaba demasiado familiar y confortante, incluyendo la habitual furia de su hermano hacia sus acciones fuera de lo consideradas correctas. Quizás hubiera sido despojada de sus cosas pero nada se comparaba a estar de vuelta en casa.

—Liam, ya déjalo —dijo Lizz.

—¿Que lo deje? ¿Tienes idea de lo que has hecho? No te puedes aparecer así como si nada Lizz —dijo Liam—. Y mucho menos hacer eso. ¡La has sacado barata en comparación con lo que podría haber pasado!

—Lo tenía todo perfectamente calculado, sabía que no pasaría nada grave —dijo ella restándole importancia.

—Mandaste a Lady Gwe a golpearme —dijo Damon.

—Lo hubiera hecho en persona si hubiera podido, no te preocupes —dijo Lizz y lo miró molesta—. Tú, por otra parte, eres increíble. Deberías estar agradecido. ¿Crees que no vi el pánico en tu rostro cuando ella entró? Todos se habrán dado vuelta para mirarla pero yo vi que tú estabas al borde de un ataque. Te conozco Damon, y sabes que en el fondo te hice un favor pero jamás me lo admitirás.

—No hiciste más que causar problemas como siempre acostumbras —dijo Damon molesto—. No sirves más que para eso Ailish.

—No eres más que un maldito hipócrita —dijo ella—. Juraste que jamás lo harías y apenas decido abandonar el juego vas y le pides matrimonio a Elizabeth.

—No es muy diferente de ti. ¿Pensaste en ir tras Falco antes o después de dejarme? —preguntó él.

—No te debo ninguna respuesta a ti.

—Pero sí a mí —dijo Liam—. No puedes simplemente hacer algo así. No puedes dejar a un hombre para estar a los pocos días con otro Lizz.

—No lo puedo creer —dijo ella y se dio vuelta—. Liam, no puedes pretender darme un sermón sobre algo que no sabes. ¿Ok? Lo que sucedió entre Falco y yo no les incumbe y de todos modos no tienen nada que reclamar. ¿Qué me vas a decir? ¿Que lo besé? Peor es lo de tu nuevo mejor amigo que apenas me fui le propuso matrimonio a Elizabeth y no solo eso sino que no tuvo el coraje de decírmelo y tuve que saberlo por la correspondencia de James. Apuesto a que apurar todo para hacerlo en un mes era para mantenerme fuera. Pues lo lamento pero aquí estoy y no pienso irme.

Ella les dio la espalda y se introdujo en la cocina. Damon cerró fuertemente sus manos mientras intentaba mantenerse bajo control. Lizz no solamente se había atrevido a aparecer e irrumpir nuevamente en su vida de aquel modo sino que además tenía el descaro de reclamarle por lo que había hecho cuando ella ya no tenía derecho ni palabra. Liam lo miró, Damon no estaba acostumbrado a tener que tratar con Lizz de ese modo, él lo había hecho toda su vida al ser su hermano. Lizz nunca escuchaba los reclamos por sus acciones ni les prestaba atención.

—Si quieres una advertencia, te sacará de quicio antes que puedas hacer que te escuche —dijo Liam—. Créeme, llevo años en esto.

—Me escuchará lo quiera o no —dijo Damon.

—Es un caso perdido, será en vano que lo intentes. Supongo que ahora sabes lo que es estar de mi lado.

—No me importa, ella no debería estar aquí y no tiene razón para estarlo. A mí me escuchará y me responderá, no podrá resistirse.

—Ok, veamos si tienes más suerte que yo. Te aseguró que no conseguirás nada.

—Tú no cuentas con lo mismo que yo, esta maldita condición me tiene que ser útil en algún momento.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora