Capítulo 21

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Lizz se despertó en medio de la noche. Todo estaba oscuro y frío y ella apenas si pudo distinguir las dos figuras en la puerta de la celda. Estaba helada, tal como recordaba haberse quedado dormida, y el frío a su alrededor parecía solamente haber empeorado. Se abrazó a si misma aún somnolienta, su condición comenzaba a ganarle a la cazadora dentro de ella.

Anthony fue el primero en acercarse y le lanzó un cambio de ropa. Ella observó el oscuro pantalón y la chaqueta y luego se fijó en sus dos guardias. Ellos ya no estaban tan alegres o divertidos como siempre sino que sus semblantes eran serios y sombríos. Lizz se bajó de donde estaba y los miró, en comparación con los dos aprendices era demasiado delgada y delicada, pequeña.

—¿Qué sucede? —preguntó.

—Cámbiate. Tenemos que sacarte de aquí —dijo Anthony.

—Tenemos que irnos cuanto antes, están tomando la Sede —dijo Rick.

Ella se apresuró a cambiarse y dejó sus anteriores ropas en un rincón de la celda. Siguió a Rick y Anthony fuera de su celda y luego por todo el patio de la prisión hasta llevar a la única salida que había. Lizz había pasado su mayor tiempo de aburrimiento intentando encontrar una manera de huir que no implicara utilizar a Anthony o a Rick, un plan que nunca llevaría a cabo ya que nunca huiría sin importar cuánto lo desease. Había que introducir un código para que la puerta se abriera, y luego utilizar un escáner de huellas digitales junto con uno de ojos.

El código cambiaba cada día pero ella podía saberlo en cuestión de segundos si se lo proponía, su gran pregunta había sido cómo burlar el identificador ocular y de huellas digitales sin tener que utilizar a Rick o a Anthony. Pero en aquel momento, cualquier plan que hubiera hecho para una posible huída, ya no le serviría de nada porque realmente la estaban liberando. Rick se ocupó de abrir la puerta y luego los tres cruzaron un angosto y largo pasillo.

—¿Y de qué lado se supone que están? –preguntó ella y Anthony le sonrió.

—No puedo creer que preguntes eso. ¿De qué lado crees que estamos? –dijo él.

—Podrían estarme sacando porque son parte de los rebeldes, o porque tienen la orden de hacerlo y llevarme a un lugar que no esté en riesgo de ser tomado. Estoy dormida y les puedo asegurar que esta migraña que tengo no ayuda en mucho a pensar –dijo Lizz.

—Entonces puedes empezar a festejar, pronto estarás libre —dijo Rick.

—Necesito estar al tanto de la situación y saber a qué me enfrento —dijo ella.

—Bueno, si todavía no tomaron la Sede lo harán en cualquier momento y esta vez será definitivo, no podrán sacarlos como la última vez —dijo Anthony—. Somos más y ya no hay ningún directivo principal para hacerse cargo y controlar la situación.

—Las disputas por quién asume el puesto vacante siguen, hay tres favoritos y ninguno es una buena opción, los tres seguirán el mismo régimen que el anterior —dijo Rick.

—La política es un desastre, no esperes nada —dijo Anthony.

—La política siempre es un desastre. Yo trabajé para ellos, sé perfectamente cómo son —dijo Lizz molesta—. Alguien tiene que tomar ese puesto cuanto antes o todo empeorará. Tiene que ser alguien justo y correcto, que no se deje corromper y respete los verdaderos valores.

—El puesto está libre si lo quieres —dijo Rick—. Ya rompiste tantas leyes, no creo que a nadie le importe a esta altura que una mujer tome ese puesto.

—No nací para vivir atada, no abandonaré mi libertad —dijo ella—. No quiero ese puesto. Si para eso me están sacando déjenme.

—Nuestra orden es ponerte a salvo, lo hubiéramos hecho tarde o temprano. Como ya te dije, los tres favoritos para el puesto hubieran seguido el mismo régimen y te hubieran condenado a muerte. Te hubiéramos ayudado a huir antes que eso pasara —dijo Rick.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora