Capítulo 17

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Damon continuó observando el cd que hacía girar entre sus manos, pensativo. Mason volvió y dejó su notebook sobre la mesa frente a ellos antes de echarse en el sillón junto a él. Ambos permanecieron en silencio mientras el ordenador portátil se encendía. Damon miró el cd casi con vacilación. Allí, entre sus manos, sostenía la respuesta que tanto había buscado, si veía el contenido finalmente sabría lo que le había sucedido a Lizz. Deseaba hacerlo más que nada pero entonces recordaba el profundo dolor que había visto en los ojos de Nicholas.

—Bueno, finalmente llegó el momento —Dijo Mason aunque ni siquiera había alegría en su voz como acostumbraba—. Todo se resume a esto. ¿Estás seguro de que quieres verlo?

—Sé que no me perdonaré por lo que le hayan hecho pero necesito saber —Dijo Damon.

—Sabes que lo que le hayan hecho no fue tu culpa —Dijo Mason—. Es decir, no tenías modo de evitarlo.

—Falco obtuvo la prueba gracias a mí y me durmió y se la llevó —Dijo Damon mirando tristemente el cd—. La última vez que la vi antes que esto sucediera ella estaba feliz, sonriendo. Esa noche le prometí que nunca la abandonaría. Ella estaba bien, Liam finalmente parecía haber aceptado nuestra relación y yo era feliz. Se había dormido a mi lado. Cuando desperté lo único que vi fue la desesperación en el rostro de Liam y que ella ya no estaba.

—Lo lamento —Dijo Mason.

—Ella recuerda algo, lo sé. La mente puede olvidar pero el corazón no —Dijo él.

—Escuchaste a Nicholas, él cree que puede haber un modo de revertir lo que le hicieron —Dijo Mason—. Él debe saber o haber visto algo para creer aquello.

—O quizás se aferra a aquella esperanza al igual que yo porque sabe que es lo único que le queda —Dijo Damon.

—No sé cómo es el procedimiento para hacer olvidar y por eso no te puedo asegurar nada pero quizás, si conseguimos más información al respecto, podamos encontrar un modo de revertirlo —Dijo Mason.

—Eso espero. Aunque fuera solo por un segundo valdría la pena —Dijo Damon y le pasó el cd—. Pon esa maldita grabación, no soportaré mucho más sin saber lo que le hicieron.

—Esto va por ti Lizz —Dijo Mason y respiró profundamente—. Veamos qué te han hecho esos malditos.

Él se inclinó e introdujo el cd en su notebook. Se ocupó de buscar y reproducir el archivo y luego simplemente se echó hacia atrás. No sabía qué esperaban encontrar, los asuntos internos de los cazadores siempre habían sido un completo secreto para todos, ni siquiera se conocían sus leyes.

En la sala de operaciones todo parecía igual que en el caso de Steve Reynolds. El viejo hechicero estaba frente a su mesa de trabajo mezclando diferentes líquidos y otros ingredientes. En el centro los dos cazadores estaban parados firmemente junto a la silla. Walter Delaroche entró segundos después. A diferencia de como se había mostrado con Nicholas ya no estaba sonriente ni ansioso sino que observaba todo de un modo frío, calculador y hasta cruel.

—Si esto sale mal me ocuparé de que terminen como entrenadores de cazadores de cinco años —Dijo él—. Esta es difícil y problemática y el directivo la quiere viva y cuerda. Esto tiene que hacerse rápido y tiene que hacerse bien, cuanto más tiempo le demos más peligrosa será. Recuerden, Lizz Dunne puede parecer inofensiva pero es la cazadora más letal de la que se tiene consciencia y no está controlada. Ni siquiera sé cómo la hemos logrado atrapar pero si dejamos que escape nos matan a todos.

Los dos guardias asintieron con seriedad, el hechicero apenas si le dedicó una mirada por encima del hombro antes de volver a lo suyo. Walter les echó una mirada seria y de advertencia sabiendo que si la situación salía mal estarían en serios problemas y luego abandonó la sala. Volvió minutos después con Falco y seguido por dos guardias que traían a rastras a Lizz. Ella se retorcía y gritaba furiosa consiguiendo solo heladas miradas de parte de Falco. Él tenía un profundo corte en el rostro, sus ropas estaban sucias y rotas y hasta tenía una pequeña mordida en una mano producto de unos delicados dientes. Su estado era deplorable, definitivamente sus últimas horas habían sido una lucha constante.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora