Capítulo 2

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—¿Están seguros de que este es el lugar? Parece más bien estar abandonado. —dijo Kaitlyn.

—No hay duda —dijo Nicholas.—. Es el único que cumple con las características.

—¿Cuáles caraceterísticas? —preguntó Marcus.

—Ya sabes, prisión de máxima seguridad para criminales extremadamente letales y peligrosos que no deberían estar en la vía pública y potencialmente dementes —dijo Riley—. Bienvenido al desagüe, los criminales más peligrosos de Irlanda están encerrados aquí por lo que dice el archivo.

—Tranquilizador —dijo Liam.

Los cinco estaban de pie frente al bajo edificio gris. A simple vista parecía igual que cualquier otro, la fachada exterior un poco gastada por el tiempo. Riley fue el primero en acercarse a las imponentes y gruesas puertas de metal y golpear fuertemente. Los demás se le unieron sin dejar de preguntarse qué les esperaba al otro lado. Era de día, habían salido apenas el sol había hecho acto de presencia y todos habían insistido en ir. Riley volvió a golpear con más insistencia pero nadie respondió.

—¿Seguros que es el lugar correcto? —preguntó Marcus.

—Hay una cámara oculta en la parte superior derecha. Lo es —dijo Liam—. Simplemente nos están ignorando esperando que nos marchemos.

—Pues no lo haremos. Escuchen bien grupo de inútiles, o nos abren y yo abriré —dijo Riley.

—No lo harán, deben saber quiénes somos y tener la orden de no dejarnos pasar —dijo Nicholas.

—Y eso nos confirma que tienen a Lizz. ¿No es así? —dijo Kaitlyn—. De lo contrario al menos tendría que haber aparecido alguien ya.

—Ok, yo abriré —dijo Riley y sacó una antigua y gran llave de su bandolera.

—¿Robaron la llave? —preguntó Marcus.

—No es por nada pero no creo que eso baste para abrir la puerta —dijo Kaitlyn.

—No es una llave común, puede abrir cualquier cosa que desees —dijo Nicholas y suspiró con pesar—. Uno de los mejores trucos de Lizz.

—Seduce al hijo de principal mentor de los cerrajeros y tienes esto —dijo Riley.

Él increíblemente logró introducir la llave en la cerradura por más que a simple vista ambas parecían totalmente incompatibles. Abrió la puerta sin inconvenientes dejando a todos igual de aturdidos y estupefactos a excepción de Nicholas que ya conocía aquel truco. Dentro diez guardias con un arma de fuego en cada mano los esperaban. Riley dejó caer casualmente la llave dentro del bolsillo de su chaqueta al levantar las manos al igual que el resto para mostrar que no había malas intenciones.

Los cinco se mantuvieron completamente quietos al estar rodeados y no tener alternativa. La puerta se cerró detrás de ellos dejándolos atrapados en un cuarto de concreto gris con diez miembros de la Sociedad, todos igual de altos y fuertes y seguramente igual de bien entrenados para poder con los peores. Al otro lado había un par de pesadas puertas de metal exactamente iguales a las anteriores pero parecían totalmente inalcanzables detrás de aquella impecable y letal barrera.

—¿Ya he mencionado que nadie sale ni tampoco entra sin que esté autorizado? —preguntó Riley.

—Buen trabajo, quizás debiste haber previsto esto —dijo Nicholas.

—Lo preví, de hecho. No creo que se haya visto bien si no entrábamos de un modo pacífico por la puerta —dijo Riley—. Caballeros, por favor, no es necesario este tipo de recibimiento.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora