Damon suspiró y desabrochó dos botones de su camisa mientras intentaba calmarse. Antes había deseado más que nada que algo interrumpiese la ceremonia o la atrasase, hubiera dado todo porque algo ocurriese para hacerlo, cualquier cosa excepto lo que había sucedido. Ahora, mientras cruzaba los pasillos de la Sede, tan solo podía pensar en que no podía enfrentarse a lo que seguía y quería desaparecer. ¿Cómo era posible? ¿Cómo había logrado ella burlar todas las medidas de seguridad, entrar y además introducir sus armas?
Liam le había prometido que realmente no había modo, él sabía que así era, pero hasta el mejor maestre que la Sociedad tenía se había mostrado totalmente desconcertado e incapaz de encontrar una explicación. Apenas el incidente había sucedido el caos se había instalado. Lizz había sido detenida pero de todos modos ella ya había logrado lo que había querido, interrumpir la ceremonia. Elizabeth había estado totalmente incontrolable con su ardiente furia y porque alguien hubiera arruinado su perfecto día, había puesto fin a todo. Los monarquistas no se habían mostrado nada contentos al respecto y la Sociedad ya había intentando disculparse de cualquier modo.
Pero ahora estaba solo, y tendría que tratar solo con lo que debía. Liam se había quedado con Nicholas y Riley, los tres igual de sorprendidos y desconcertados mientras intentaban encontrarle una explicación a la situación. Damon respiró profundamente, intentando prepararse para lo que le esperaba. Sabía que tratar con Elizabeth era difícil pero era consciente que tratar con Lizz era aún peor y prefería no imaginar tratar con las dos juntas, ninguna de ellas debía de estar de humor o sería amable.
Abandonó la seguridad del largo pasillo y cruzó la gran y blanca antesala. El techo era alto, debía estar como mínimo a cuatro metros y a ambos lados había grandes pilares. Todo el lugar resplandecía y al final estaba la gran pared de cristal que separaba la antesala de la lujosa sala de reuniones del directivo de Dublín. Lamentablemente, la antesala no estaba vacía y por más que hubiera preferido no hacerlo fue consciente de la presencia de Lizz hablando con el líder de los Black Knight y el único superior al que ella debía realmente respetar y por completo.
Seguía vistiendo como hombre pero aquella vez se notaba que se trataba de una mujer. Estaba descalza por lo que había recuperado su estatura normal. Su camisa estaba fuera de su pantalón y los cortos mechones de su cabello se escapaban de debajo del sombrero. Los invitados lo habían confundido con el cabello de un muchacho, Damon sabía que debajo del sombrero debía tenerlo recogido para que así pareciera. Y ella era tal cual la recordaba, cada detalle a la perfección. Pequeña y delgada, demasiado delicada aún para un cazador. Su piel estaba bronceada por vivir al aire libre, sus brillantes ojos azules eran intensos mientras discutía, su rostro siempre le resultaría hermoso a pesar de los ligeros rasguños y los golpes sobre su piel. Su líder debía estar reprimiéndola por lo que había hecho pero Lizz jamás cedería o permitiría que alguien le dijera qué hacer.
—¿Eres consciente de lo que estás diciendo? —exclamó Glendon, Damon no pudo evitar oír mientras cruzaba la antesala.
—Estoy en lo correcto. He pasado los últimos días cazando para no ser cazada. Señor, sabe que no hablaría en vano, que no bromearía respecto a este asunto. Si desea escucharme y confiar en mí sabe lo que tiene que hacer. Es cuestión de vida o muerte y muchos dependen de su decisión.
—Lizz, no puedo dejarte atrás —dijo Glendon y suspiró con cansancio, de pronto todos sus años se notaron más que nunca—. No me pidas que haga eso. ¿Crees que no sospechaba de algo así? Y temo que estás en lo correcto.
—Entonces haga lo que tiene que hacer —dijo Lizz sosteniéndole intensamente la mirada—. Antes que sea demasiado tarde.
Damon entró en la sala y cualquier ruido proveniente del exterior se calló totalmente cuando cerró la puerta. Los vidrios eran a prueba de sonido y todos en la sala estaban completamente en silencio. La sala de reuniones del directivo de Dublín era utilizada muy pocas veces en el año y solo para recibir a algún embajador importante de las criaturas o un directivo de muy alto rango de otro lado, sino el directivo solía utilizar su oficina. En aquella ocasión la Sede de Dublín le había brindado la sala a James Landcape, el directivo principal de la Sociedad, para que tratara el asunto.
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Presa (Cazadora #2)
AdventureLizz y Liam Dunne son miembros de la Sociedad, personas dotadas con diferentes habilidades para ser capaces de mantener la paz entre el mundo humano y el paranormal. Con solo diecisiete años, los mellizos han burlado a la muerte más veces de lo que...