Capítulo 1

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Lizz le sonrió alegremente antes de inclinarse y besarlo. El sol entraba libremente por la ventana de su habitación y hacía que el cabello chocolate de ella pareciera más claro de lo que en realidad era. Damon levantó una mano y le acarició el rostro con cariño. Lizz simplemente sonrió más y se inclinó para besarlo otra vez. Él deslizó una mano por la espalda de ella mientras la besaba y luego la rodeó con sus brazos para atraerla más. Sonrió contra sus labios antes de continuar besándola, no deseaba soltarla ni que nada la alejase de él.

—Creí que nunca me abandonarías —Susurró ella.

—Jamás —Dijo él.

—¿Entonces por qué ahora no estás a mi lado? Lo siento tanto —Dijo Lizz y se alejó—. No deseaba que esto pasara, sabía que era imposible de evitar pero igual creí que tendría más tiempo. Por eso me alejaba de ti, por eso cuando me preguntaste si sentía algo no te respondí pero luego simplemente no quise intentarlo más. Por favor, perdóname.

—No es tu culpa. Mientras aún pueda hacer algo lo haré —Dijo Damon.

—Creí que cuidarías de mí —Dijo ella—. Creí que podía confiar en ti, que estarías si te necesitaba.

—No me he rendido en estos días —Dijo Damon y se sentó para mirarla a sus brillosos ojos azules, aún más brillosos a causa de su tristeza—. No me detendré Ailish, no hasta no haberte encontrado. No dejaré que nadie nos separe. Sé que estás en alguna parte.

Ella se apoyó contra él y Damon la abrazó. Él suspiró deseando aferrarse a aquel momento más que nada pero este se deshizo como siempre y cuando despertó no había nadie a su lado. Tiró de su cabello hacia atrás y se contuvo de gritar ante la impotencia y la frustración. Se sentó en el borde de la cama y levantó la vista, Liam lo observaba apoyado en el marco de la puerta.

—Nuevamente te has quedado dormido en la habitación de ella —Dijo Liam—. Ya lo he intentado y créeme que no funciona, ella no apareció para echarme.

—La encontraremos, no pudo simplemente haber desaparecido —Dijo Damon—. La Sociedad no pudo simplemente haberla hecho desaparecer.

—Lamentablemente las historias sobre cazadores que desaparecieron no son de lo más esperanzadoras —Dijo Liam.

—Ella está ahí afuera, en alguna parte —Dijo Damon y suspiró—. Lo siento.

—Yo también lo siento pero aquello no cambia nada —Dijo Liam—. No sabemos ni dónde está ni cómo esta, no sabemos nada y no hay ninguna señal de ella. La Sociedad realmente la hizo desaparecer.

—No pudo simplemente haber desaparecido, ella no es así —Dijo Damon y se puso en pie.

—La Sociedad no responde, la Sede no me escucha y tú ya has visto a todas las criaturas que debe haber en esta ciudad y nadie sabe nada de ella —Dijo Liam.

—Quizás no todas aunque mi trato con brujos no es de lo mejor y dudo que quieran ayudar —Dijo Damon—. Esos servidores de Lucifer no ayudan por nada del mundo. Necesito desayunar, ya pensaré en algo.

Ambos bajaron a la cocina para desayunar. Ninguno de los dos se atrevía a decir algo al respecto pero el café ya no era el mismo desde entonces y eso era porque era Lizz que siempre se había ocupado de prepararlo y ahora ella ya no estaba. Una y otra vez Liam releyó los documentos dentro de la carpeta de cuero mientras tomaba su café. Ya sabía todas las palabras de memoria y todo lo que decían, desde la orden de arresto hasta el documento que su hermana recibiría los tratos necesarios para que su condición no la debilitara ni nada.

—Es como si ellos se la hubieran llevado por la fuerza porque ella no aceptó —Dijo Liam—. Llevaban años deseando que ella aceptara.

—Ella no quería partir a Londres —Dijo Damon—. Me lo dijo la noche anterior, dijo que rechazaría la oferta de nuevo. Lamentablemente la Sociedad siempre se sale con la suya.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora