Segunda Parte: El recuerdo

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—¿Puedes contarme un poco más de ella? —preguntó Damon.

—Es bastante atrevida y temo que ama correr riesgos. Todavía no sé si disfruta de meterse en problemas o los problemas disfrutan de meterse con ella. Es enérgica y obstinada y puede causarle fácilmente un dolor de cabeza a alguien pero defiende lo que cree y nunca se da por vencida con algo. Sé que puede parecer inferior y muchos la subestiman por su condición pero se equivocan demasiado, ella es capaz de cualquier cosa —dijo Saoirse.

Suspiró y tomó asiento sin esperar un segundo más. Ella sopló su taza para enfriarla y tomó un pequeño sorbo de té. Damon miró la fotografía un momento más, le eran difíciles de creer las palabras de Saoirse. Sabía que creer lo que ella decía era confiar ciegamente en sus palabras, Saoirse llegaba a ser demasiado dispersa y su mente era absorbida muy fácilmente por alguna historia. Lo que ella decía no era posible, alguien que cargaba la mala suerte no podía ser así. ¿Pero quién era él para juzgarla si nunca la había visto siquiera?

—¿Cómo es posible que siga viva?

—En parte gracias a ti, en parte gracias a ella y en parte gracias a otra persona que vio el fervor con el que ella se aferraba a la vida y entonces le dio acceso a lo que nosotros solemos llamar el agua de la vida. Y ella también aporta su parte. No está curada, sigue siendo más frágil y vulnerable que todos nosotros, se hiere más fácilmente y un simple resfrío la puede mantener al borde de la muerte durante semanas pero aprendió a arreglárselas para que aquello no suceda y a cuidarse debidamente.

—Eres afortunada. ¿Lo sabes no? Tienes mucha suerte de aún tener a tu hija considerando que carga la mala suerte.

—La debilidad de su cuerpo la compensa con su espíritu y eso es algo que cualquiera que la conoce realmente no puede negar. Aunque tú también me has ayudado. ¿Cómo es posible que no la recuerdes?

—No lo sé. Supongo que me habré forzado a olvidarla por algún motivo —dijo Damon y suspiró al abandonar la fotografía—. Soy peligroso para cualquiera que se acerque a mí y llegue a importarme. No nos hemos visto en quince años por eso. Ahora mismo tú corres peligro por estar aquí conmigo. No me sorprende entonces que me haya obligado a olvidarme de tu familia para mantenerla a salvo.

—Te enamorarás de ella —dijo Saoirse y Damon rió sin poder evitarlo.

—¿Qué? Estás bromeando —dijo él y su diversión se esfumó al ver el semblante serio de ella.—.Es imposible. Es una cazadora, ni siquiera me caen bien los de su tipo. Demasiado orgullosos y fríos, no soporto el modo en que los cazadores tienen todo calculado y siempre desconfían.

—He visto la historia de ustedes. De todos modos no recordarás nada de esta conversación así que no habrá ninguna diferencia si te lo digo. La conocerás en unos años, de un modo u otro será inevitable. La tratarás como a cualquier otro, te mantendrás distante y la alejarás, pero ella es insistente —dijo Saoirse y sonrió teniendo la vista baja—. Te hará enloquecer, definitivamente te llevará al límite porque no es como cualquier otra persona que hayas conocido y para ser alguien con una salud tan delicada le encanta demasiado el peligro. Pero te hará feliz, porque sin importar la situación jamás se dará por vencida contigo y te amará por quien eres. Te traerá esperanzas nuevamente. Y tú podrás ver en ella lo que nadie más ve y la amarás tanto, jamás la dejarás sola o permitirás que esté mal.

—Estoy perdido, deja de pensar en historias que no sucederán —dijo él con tristeza.

—No estoy mintiendo. La harás tan feliz, y ella de algún modo conseguirá que dejes de odiarte tanto por lo que eres y tengas de nuevo esperanzas en una mejor vida. Ya no estarás nunca más solo. Tendrás un par de problemas con mi otro hijo, él es más cuidadoso y respeta la ley, todo lo contrario a ella y bastante parecido a Brian en ese aspecto. Pero también terminarás por llevarte bien con él.

—Saoirse... —dijo Damon y ella lo miró obstinada como una pequeña niña.

—Yo sé que no me crees, y también sé que tampoco me creíste cuando te dije que encontraría una solución a tu problema. Pero mis hijos, ellos creerán en ti, y lograrán lo que yo no he podido en todo este tiempo, que dejes de sentirte tan condenado y sin opciones, que no te des por vencido con tu vida —dijo ella y tomó el rostro de él entre sus manos—. Eres muy importante para mí príncipe oscuro, y sé que ahora mismo debes creer que estoy loca por lo que estoy diciendo pero es cierto. Yo soy la scenarista, yo preparo todo para que la historia adecuada se desarrolle y llegue al buen final. Tan solo prométeme que entrarás en escena cuando debes porque sino esta historia no tendrá oportunidad de vivirse. Prométeme, que una fría mañana de Diciembre cuando la Sede te llame a primera hora para pedir de tus servicios irás sin dudarlo. Olvida todo, olvídame a mí si quieres, pero no olvides eso. Júrame que estarás en el lugar adecuado en el momento adecuado.

Damon la miró confundido y sorprendido, nunca antes había visto a Saoirse tan seria pero había una desesperada exigencia en sus brillosos ojos azules. Lo que le estaba diciendo no tenía sentido para él. Pero quizás por primera vez Saoirse no parecía la inocente niña que él siempre había visto sino que se mostraba como una mujer completamente madura y seria. A pesar de no estar seguro de si podría cumplir con lo que le estaba pidiendo y sin entenderlo del todo tomó su decisión. Ella nunca antes le había pedido algo y había hecho demasiado por él como para negarse.

—Lo prometo.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora