Capítulo 14

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Hola! Esta es una de mis inusuales notas, al menos en esta historia. Como muchos ya habrán notado, me gusta hacer pequeños guiños entre mis historias y aquí hay uno de los más evidentes. Escribí las historias de Lizz mucho antes que Pandora, y en algunos casos suelo sacar los nombres de los personajes principales de una historia de nombres irrelevantes mencionados en otras.

Otro punto importante, es que este jueves me voy de vacaciones y no sé si podré actualizar.

Conocen el discurso sobre cuánto deseo quemar y reescribir esta historia, así que mejor los dejo con el cap.

xoxo,

Sofi

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Lizz se detuvo frente a la vieja biblioteca abandonada. Le había llevado todo el día llegar hasta allí a pie. El color del crepúsculo tan solo le daba un toque más macabro a la antigua torre de piedra que se caía a pedazos. En sus momentos de gloria las criaturas más inteligentes de Dublin se habían acercado hasta allí para hacer sus estudios pero ahora no quedaba nada más que un lugar abandonado, una piedra cada vez más negra y una puerta de una madera podrida.

Ella tomó su arco y se adentró. Debió aceptar que el lugar era un gran escondite. No había modo que no delatara la presencia de otro. La puerta crujió de un modo que resonó en toda la torre y los pájaros arriba de todo graznaron y salieron volando por los agujeros del techo. La madera bajo sus pies se quejó por cada paso que daba y hasta se rompió en un momento casi atrapando su pie e hiriéndolo. Había libros tirados por todas partes y una escalera en espiral con más libros que bordeaba toda la estructura hasta llegar hasta el techo. La poca luz que entraba era por las ventanas con sus vidrios y sus delicados enrejados ya demasiado viejos o los múltiples agujeros en la estructura.

Lizz se detuvo y observó a su alrededor. No había rastro alguno de otra persona. Durante unos segundos observó todo lo que la rodeaba e intentó imaginar el esplendor que debió haber tenido el lugar antes de ser abandonado. A pesar que no le gustaran los libros y que aquel lugar le pareciera triste y oscuro no pudo evitar sonreír ante lo absurdo del asunto.

—Muy ingenioso. El último lugar donde buscarías a un cazador sería en una biblioteca. La Sociedad tiene a la mayoría de los nuestros por unos iletrados sin educación —Dijo Lizz—. ¿No es así Emma? Vamos, sé que estás aquí. Esa puerta hubiera hecho más ruido si hubiera sido la primera en utilizarla después de tanto tiempo y faltan las telarañas en sus bisagras.

Ella escuchó el sonido de un arco tensarse y rápidamente tomó una flecha. Mantuvo su arco apuntando al suelo y estuvo totalmente alerta. Emma apareció delante de ella detrás de una viga de madera. Ella tenía su oscuro cabello atado fuertemente y sus ojos fueron serios al momento de mirarla. Tenía puesto un pantalón negro junto con unas botas y una musculosa del mismo color y no vaciló en apuntar a Lizz con su arco.

—Si intentas algo te mato Lizz —Dijo ella—. No puedo creer que la Sociedad te haya mandado a ti. ¿Te crees mucho por ser capaz de cualquier cosa que intentes? ¿Acaso quieres otra marca que alardear?

—No vine a entregarte. Matt me mandó —Dijo Lizz y Emma bajó su arco.

—¿Él está bien? —Preguntó totalmente preocupada.

—Recibió dos disparos pero ahora está bien —Dijo Lizz y agradeció que la oscuridad ocultara su sonrisa—. Confío en que está en buenas manos.

—¿Acaso lo atraparon? Por favor dime que no. No soportaría que algo le hubiera pasado —Dijo Emma—. Él dijo que todo estaría bien, prometió que nada nos pasaría y podríamos evitar que la Sociedad nos atrapara. Por favor no me digas que a él lo atraparon porque no sé que será de mí si algo le sucedió a Matt.

Presa (Cazadora #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora