50 Demonios escondidos del señor Sesshomaru (Completa)

Solicitud de divorcio.

Capítulo 7:

Tenía que arreglar este desastre y pronto el hecho de estar casado me es una carga. No soy de una sola mujer, mis relaciones son temporales y esa mujer. No está a mis estándares de pareja temporal.

Decidí llamar a mi abogado de confianza para que arreglará está locura que no sé cómo empezó, espero recobrar la conciencia de los recuerdos. Eso debía ser algo discreto, no quiero que el mundo se entere de mi estupidez.
Él es de confianza y ha llevado la responsabilidad jurídica desde que tengo memoria y sé que sabrá que hacer en este caso.

Marque su número, el cual la señal sonó tres veces.

—¡Joven Taisho!. ¿Qué se le ofrece?. ¿Hay algún problema con las multas fiscales?.

—El aspecto fiscal va bien...

—¿Entonces pará qué requiere mi servicio?.

Me siento algo incómodo al respecto.

—Prefiero hablar en persona, es un asunto algo delicado.

—Está bien en una hora estoy allá.

—Bien.

Colgué el teléfono, mi cabeza me daba vueltas ni siquiera sé cómo explicar mi situación, Totosai siempre me ha considerado una persona centrada pero el concepto qué tiene de mi cambiará radicalmente, es una lastima, pero son riesgos que debo asumir. 

Me encerré en mi despacho, le di órdenes a mi mayordomo Jaken que cuando llegara lo hiciera pasar  y espere a mi abogado algo desesperado.

Después de media hora Jaken tocó la puerta diciéndome que Totosai había llegado, le di la orden que lo dejará pasar.

Sus ojos saltones se posaron en mi fijamente.

—Aqui estoy joven Taisho. ¿Sobre qué desea hablar?.

Inhale profundamente hasta sentir que mis pulmones se expandían hasta su límite y exhale bruscamente. Le indique que tomara asiento, estaba seguro que se iría de nalgas. Apoye mis brazos sobre el escritorio.

—Solicito un divorcio.

El anciano está algo confundido.

—¿Para su medio hermano?— pregunto incrédulo. Sabe los problemas amorosos de él y Kikyo.

—Para él no es...

—¿Entonces pará quién?.

—Para mi...

El anciano abrió los ojos como platos que estaba seguro que podía ver su cerebro atrás de ellos. Aunque eso es algo exagerado.

—¿Usted joven Taisho?— su tono de voz es algo exaltada. —¿En serio está casado?.

Mi rostro reflejaba seriedad.

—No haría bromas con algo tan delicado.

El anciano claramente se quería reír pero se aguantaba, no creía absolutamente mi situación. Así que del cajón de mi escritorio saque el folder amarillo donde estaba el acata matrimonial. Y se la dí.

—Observe...

Totosai se coloca los lentes y sostiene el folder en sus manos algo temblorosas y empezó a leer.

—No sabía que eran totalmente legales los matrimonios que se hacen fuera de los casinos, pensé que todo era ficticio.

—No lo son, de hecho tienen el mismo peso legal que aquellos que se realizan en registro civil.

Eso complicaban más las cosas.

—No sé mucho del tema pero puedo investigar... O decile a un colega que lo ayude.

—No, no quiero a más involucrados en este asunto.

—Entiendo... Aunque de algo estoy seguro, no será sencillo divorciarse.

Odiaba mi situación. —¿Cuándo sabré la respuesta?.

—Hasta el fin de semana aproximadamente.

«¡Maldición es mucho tiempo!», pensé algo irritado. —Le pagaré el triple pero quiero la respuesta a más tardar pasado mañana.

Pude observar el signo de pesos en sus ojos, algo que ama profunda Totosai es el dinero y bueno también es un profesional, no me extraña el potencial que posee para resolver conflictos de intereses.

—¡Está bien joven Taisho, nos vemos el martes!.

—Gracias...

Caminó hacia la salida pero en el umbral de la puerta se detuvo y dió media vuelta. —¿Está totalmente seguro del divorcio?.

—Absolutamente.

—Ok.

Se giró nuevamente y se marchó.

Me deje caer en la silla reclinable de cuero... Estos días serían un caos, porque tendré que lidiar con aquella zorrita desconocida.