¿Los humanos esconden secretos? Por supuesto que sí...
Unos pueden ser terroríficos para las personas.
¿Pero qué sucede cuando esos secretos se convierten en un vicio?.
Aquellos que se aplacan con placeres.
Sesshomaru es uno de ellos posee muchos...
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Capítulo 140:
A pesar del agotamiento físico que Sesshomaru provoca en mi, he logrado no quedarme dormida hasta medio día miré el reloj y son cerca de las 5:00 AM. En mi abdomen sentí el peso de su brazo tan cálido y protector.
Menos mal que él también se cansa y ni siquiera sintió cuando moví su brazo hacia un lado. Me levanté de la cama con cuidado y con precaución abrí el cajón y saqué las llaves.
Hoy no me daré un baño, sé que no es correcto pero si lo hago entonces mi plan no seguirá en marcha.
Decidí ponerme lo mismo que llevaba ayer con excepción de las bragas y el brasier. Ambas son limpias, me recogí el cabello en un chongo para disimular la mugre y me bañe en perfume.
Abrí la puerta y por fortuna el ruido que cause no logro despertar a Sesshomaru.
Camine por el pasillo a tientas hasta llegar a la puerta y le rogué a Kamisama que no tuviera problemas posteriormente. Logré salir perfectamente y me sentí victoriosa porque no me imaginé que que pudiera crear mi objetivo, por fortuna en Las Vegas, nadie duerme y en la esquina pude localizar un taxi le dí las señales que me llevaron directamente al orfanato.
Esperaba que si me dieran el trabajo, aunque mi experiencia cuidando con los niños es casi nula, sin embargo alguien tiene que detener a Sango. Además yo quiero hacer cosas diferentes y contribuir en el desarrollo del lugar como lo hace mi esposo. Intentarlo no está de más. Es mejor hacerlo a quedarme con las ganas o el hubiera hecho. Sé perfectamente que esto me llevará a una discusión fuerte con mi esposo y mi suegra porque me salte su autoridad por mis calzones y sé que no les gusta la idea. Pero no quiero estar atada a este embarazo, no quiero a este bebé.
Di un enorme suspiro y cuando menos lo espere ya estaba fuera de las instalaciones del instituto. Le pagué.
—Puede quedarse con el cambio.
—Gracias señora, espero le den la oportunidad de adoptar.
Le dedique una sonrisa y salí del taxi.
No sabía si era lo correcto. Pero toque el timbre.
Me abrió una mujer que probablemente sea la de intendencia.
—¿A quién busca?
En realidad no sabía el nombre de las personas que se encargan directamente del instituto.
