¿Los humanos esconden secretos? Por supuesto que sí...
Unos pueden ser terroríficos para las personas.
¿Pero qué sucede cuando esos secretos se convierten en un vicio?.
Aquellos que se aplacan con placeres.
Sesshomaru es uno de ellos posee muchos...
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Capítulo dedicado a mi madre que hoy es su cumpleaños... Sé que no nos hablamos pero a pesar de todo quiero que seas feliz, perdón por cometer tantos errores en la vida y no ser lo suficientemente buena para ayudarte y protegerte.
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Capítulo 108:
Un hijo conlleva una gran responsabilidad, pero debe ser el producto del amor y no de la calentura entre dos seres humanos. Un hijo que no pidió venir al mundo y no merece sufrir y cargar con las consecuencias de tus actos. Un hijo debe ser una bendición y no una maldición para tu propia vida.
Me he levantado desde muy temprano, mi tío me despertó a las 7:30 AM. Debíamos estar en el consultorio del doctor Cho a las 8:30 AM. Pero esta vez no tuve ganas de bañarme así que busqué lo que sea para vestirme. Al fin y al cabo no voy a un certamen de belleza es sólo una simple clínica.
—¿Así irás a consulta?— me señaló. —¡Estás hecha unas fachas Kagome!.
—¿Es necesario que asista a ese sitio? Odio los hospitales.
—Necesito saber si estás bien. Vámonos se nos está haciendo tarde.
Cogí las llaves para colocarlo en el orificio del picaporte e irnos. Aún me siento mal aunque quiera ocultarlo, sé que estoy mal, sólo espero que estas tonterías terminen pronto. Como este miserable dolor de corazón. Yo afirmaba que nunca me iba a enamorar de Sesshomaru y ahora no puedo evitar extrañarlo. «Joder esto si que es una gran ironía».
Entramos al automóvil y después de un rato hemos llegado a un consultorio privado. El pasillo es grande y largo. Hasta el fondo hay una asistente telefónica, bien podría ser de mi edad o quizás un poco menos, pecosa y con unas enormes gafas. Probablemente no es de esta región.
Ella levanta la vista.
—¡Buenos días señorita!
Ella sonríe nerviosa.
—¡Hola señor Botan!— dice nerviosa y algo sonrojada. «al parecer mi tío tiene bastante pegue», pensé algo incómoda. La extraña informalidad que le habla es un antecedente, ambos se conocen aunque mi tío quiera disimular, lo que yo veo es una atracción que no es mutua.
