¿Los humanos esconden secretos? Por supuesto que sí...
Unos pueden ser terroríficos para las personas.
¿Pero qué sucede cuando esos secretos se convierten en un vicio?.
Aquellos que se aplacan con placeres.
Sesshomaru es uno de ellos posee muchos...
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Capitulo 49:
Con un caminar pausado voy a buscarla, sinceramente no estoy de buen humor para hablarle, pero prefiero ser yo y no mi madre.
La busque en varias habitaciones, no la encontré, pensé que había huido pero había regresado a su antigua habitación. Aún estaba llorando no era para tanto y ni siquiera se ha metido a bañar y aún huele a mi escencia.
Ella me vio entrar y levanto la mirada.
—¿Qué haces aquí?.
Se incorpora cubriendo su cuerpo con la almohada, como si ya no hubiera visto cada parte de su piel.
—¡Por favor vete, quiero estar sola!.
—Creeme que no es muy agradable hacerlo pero mi madre quería que lo hiciera.
—¿Para qué?— con las muñecas limpia sus lágrimas.
Iba a decirle la mentira pero me la reserve, también me reserve contarle que mi madre quiere que nuevamente asista al orfanato. Pero hoy no quiero que vaya.
—¡Olvídalo!— le di la espalda. Sólo quería decirte que ya están tus accesorios de trabajo y tu habitación dónde vas a trabajar.
Su voz suena asombrada.
—¿Es en serio?.
—¡Si!. Le dije a Jaken que se hiciera cargo de todo ayer que nos fuimos, quería darte una sorpresa... Pero quién la recibió fui yo.
Me giró para mirarla a los ojos y contemplar su expresión de confusión y sorpresa.
—Gracias... Así me iré más rápido de este lugar cuando tenga un trabajo terminado... Te pagaré por supuesto no me gusta deberlé a nadie.
—No es necesario, era un regalo, pero si quieres hacerlo me da igual.
Salgo de su habitación sin saber su respuesta. Por lo menos ya está más calmada. Voy de regreso con mi madre y ella espera ver a la zorrita.
—¿Vendrá con nosotros?.
—No, dice que tiene muchos cólicos y prefiere descansar me dijo que la disculparas.
—No tengo porque hacerlo... Es normal, además tú deberías ser su medicina...
Sabía lo que hablaba, era en doble sentido pero jamás volveré a coger con esa zorrita, por mucho que me traiga pendejo.
