Malos consejos

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Capítulo 17:

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Capítulo 17:

—¿Y que esperas Sesshomaru?... Ve y seduce a tu nueva víctima.

Me dejó perplejo esa orden, Naraku nunca me había hablado de esa manera.

—¿Y para qué?— pregunto sin apartar la vista sobre el vitral esa zorrita me confunde porque... "Su belleza es antojable".

—¡Estás casado, aprovecha tu nuevo estatus ante la sociedad!.

No estoy muy convencido pero Naraku persiste.

—Tómalo como un nuevo juego.

—Pero este es vainilla, no va con mi estilo de vida.

—Es bueno experimentar, si tú no lo haces, lo haré yo.

Era una amanaza algo creíble, dejo de mirarla y bueno tal vez sea interesante jugarlo, tal vez la pruebe, además hace tiempo que no le penetro la vagina a una mujer y lo necesito, mi última relación amo/sumisa fue hace seis meses. He recibido mamadas y sesiones de vez en cuando, para mantener al bajo nivel mi estrés pero necesito mantener el control de una 24/7.

Dirijo mi mirada hacia Naraku y este me sonríe, sabe captar mis pensamientos.

¡Ese es mi hermano!— aplaude como si lo que pienso hacer sea una gran hazaña. Y también un gran reto para mí.

"Es la primera mujer que no cae al instante al verme y no se deja es desobediente y eso me exita".

—Tengo que irme... Me cuentas si te la cogiste duro o si te rechazó, mañana.

No le digo nada, pero estoy seguro que caerá, así que decidí apresurarme y ponerme mi boxer de natación antes que ella salga de mi alberca, debo abordarla, excitarla y por último cogerla.

Me unto bloqueador, soy de piel sensible porque me quemo con facilidad.
Y voy hacer el mejor trabajo seducir a mi mujer. En el camino me encuentro a mi fiel sirviente y me cuenta lo ocurrido con la broma que le hizo y la verdad debo decir que fue divertido.

Me la imaginé haciendo una seción con ella, me preguntó cómo se escucharán sus gemidos cerca de mi oído, sus expresiones faciales  al momento que la penetro, su duración en el acto, sus fluidos escurriendo entre sus cavidades vaginales y mi polla se pone dura. Puedo fantasear que está gritando en mi mente, pronunciando mi nombre mientras le doy duro suplicando más y más.
¡Joder deseo tenerla!.

Al verme se ha sorprendido y puedo notarlo en sus ojos se abren de par en par contemplando mi hermosura, puedo notar como se sonroja y se siente incómoda al verme abordar el lugar desde el otro extremo de la alberca, con mis lentes de sol y mi mojito encima de una mesita, dejo caer mi bata claramente la he dejado boba, casi podría crear un río con la saliva escurriendo entre sus labios. Lo que quiero que se deslice entre sus labios es mi semen. Hago movimientos sensuales y decido meterme al alberca, me hago el idiota contemplando de reojo sus acciones.

A pesar que peleamos me exita qué lo haga, hacerla enfadar me entretiene. Aunque claro, esto no durará para siempre y tengo muy poco tiempo para fornicar con esa zorrita y eso es algo frustrante.

Me observa y es cuando decido atacarla de la mejor manera acercándome a ella, la hago vulnerable que casi puedo oír el latir de su corazón, el roce de su piel me derrite y ese traje coral desearía quitar. No sé si sea una ilusión o una simple fantasía pero al parecer mis encantos no son lo suficientemente buenos y ella termina huyendo de mi... La veo marcharse aterrada pero a la vez estoy segura que me desea tanto como yo a ella pero algo la detiene quiero averiguar cuál será ese motivo.

Me enfado conmigo mismo por no lograr mi cometido y deseo jalar su brazo y retenerla pero mi orgullo no lo permite. "Yo no soy quién persigo, ellas son las que me persiguen". Esa zorrita no será la excepción.

Permanezco otro rato en la alberca para que esto no se vea tan sospechoso. Me termino el mojito y después pido otro más.

Mi cabeza me exige crear un plan. Y el único remedio es enamorarla, lo peor es que Naraku mañana se estará riendo de mí y eso me pone de mal humor, decido desquitarme con la copa entre mis manos y la aviento contra la acera escucho el crugir de esta. Del lado norte de la alberca salgo del agua para evitar pisar el cristal de la copa y me colocó nuevamente la bata. Subo a mi habitación y me pongo a trabajar unos pendientes laborales, pero mi mente no se concentra. Tengo que hacer algo entonces me acuesto cerrando los ojos y la imagino esta vez ocupo mi reminiscencia de hace unos momentos y me hago mi satisfacción corporal sacando mi polla del pantalón para masturbarme por un buen rato, nunca antes me había sentido tan lleno y duro... ¿Qué ha venido a hacer esta zorrita en mi vida?.
"Odio lo que ella me está provocando, pero odio más no poder tenerla en mi poder".

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50 Demonios escondidos del señor Sesshomaru (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora