Sexo con remordimiento

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    Capítulo 94:

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Capítulo 94:

—¡Creo que no es el momento para tener relaciones sexuales!.

Se carcajea de mi.

—¡Tu mirada dice otra cosa!.

Y era cierto...

Una descarga eléctrica de lujuria inundó mi cuerpo, dejé de escuchar al remordimiento y al raciocinio sólo al impulso de la duda y la curiosidad. Envuelta en un deseo incontrolable.

—No te cierres a intentarlo nuevamente y ser feliz, mi Kagome.

«No soy suya, soy de mi ogro sexy». Puse los ojos en blanco.
Eso lo sabía bien. Y me lo repetía en mi cabeza para no olvidarlo

Pero..., ¿Aun amo a mi ex?— me pregunté a mi misma.

Bakotsu— le dije e intente aclarar mi mente, porque otras jodidas veces pensaba que le pertenecía a este hombre que tengo en frente y tenía que comprobar mis sentimientos a base de besos, mordidas y arañazos y continúe haciéndolo pero mi mente seguía igual de nublada. Tal vez eran confusiones o tal vez era verdad y a quién amo es a él, jamás me imaginé que esto podría encontrarme en esta situación tan compleja.

Y no perdimos el tiempo.

—Te haré caricias que no se han inventado.

No supe responderle, sólo le dedique una media sonrisa.
No creo que sus caricias, sus besos, sus lamidas y sus chupetones sean como las de mi ogro sexy, mi querido Sesshomaru pero la curiosidad y la calentura mata al gato.
La poca claridad que llegó a mi mente fue cuando yo ya estaba totalmente desnuda, ni siquiera me di cuenta lo rápido que estamos sin ropa.
Dejé que sus manos haga maniobras sensuales y suculentas y algo agresivas sobre mi cuerpo.
Sin saber si lo que estoy por realizando esta bien o mal. Ya era demasiado tarde.

Decidí mamarle el pito antes de llegar a la tercera fase del sexo
Me coloque de bruces y abrí la boca.
Saborea, amor— dice jadeante y excitado aplastando más audaz mi garganta en su miembro no tan  abismal, como solía creerlo años atrás.

Bakotsu embistió mi boca y gemí. Succione su tallo ablandado haciendo presión con mis labios mientras le masturbaba con mi mano los testículos.

Oh, por el amor de Kami, Kagome —gruñó.

La acción fue repetida varías veces. Me sentí poderosa. Una loba hambrienta. Se la chupé como si me fuese la vida en ello. Quería que me recordara hasta cuando estuviese cabreado. Bakotsu agarró mi cabello y comprimió duro. Tuve una arcadá, pero desapareció al instante. El placer era mayor.

Sigue así..., No, no pares—levanté la vista para escanear con devoción. —No me mires así que me matas, Kagome. —y repetí el acto con alevosía. Sin embargo llegaba a mi mente el miembro de Sesshomaru.

50 Demonios escondidos del señor Sesshomaru (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora