Provocación

910 121 174
                                    

Capítulo 22:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 22:

Es de madrugada no puedo dormir, el sonido de los gruñidos y gemidos se escuchan hasta mi dormitorio. Es algo sorprendente y nada creíble, me siento incómoda y a la vez con una enorme curiosidad me inunda el cuerpo, no lo entiendo pero sino logro dormir por lo menos debería investigar y saciar un poco mi curiosidad no creo que el ogro sexy sea tan enfermo y me proponga un trío o debería ignorar todo al final solo soy su protegida. No puedo sentir celos porque no siento nada por él y el único sentimiento que le puedo otorgar es agradecimiento.

Me pongo unos tapones en mis oídos y coloco la cabeza debajo de la almohada pero desearía ver su polla, ya me di cuenta que está bien dotado, pero tal vez ahí abajo no lo sea tanto, el querer mirarlo debería ser un pecado y lo odio porque la espinita fisgonéo ronda mi mente y no me queda más remedio que seguir mis propios instintos y hacerlo, aunque por la mañana tenga un enorme asco y con la sensación de sentirme sucia por mirar algo que no me corresponde y ni me incumbe.

Me levanto de la cama, decido no usar sandalias, voy de puntitas hacia la puerta, no veo nada y la verdad tampoco sé con exactitud la ubicación del cuarto rojo, desde la última vez que fui no he puesto un pie por ese pasillo, el miedo me lo impide, sin embargo hoy tengo valor para hacerlo.

Sin embargo me aventuro y sigo el sonido de los gemidos cada vez más agudos, retumban en mi cabeza vaya que la chica tiene aguante.

Procuro no chocar con las cosas, o con alguien y tanteo con las palmas de mis manos, está todo oscuro

Sigo el camino y por fin he llegado, por unos segundos me limito a pensar, «Si lo que hago está bien». La verdad no lo sé con exactitud pero ya estoy aquí, sólo echaré un vistazo y me iré antes que termine su sesión salvaje. Gire la perilla de la puerta, la luz estaba encendida.
Y con una rendija los veo.

Ella está recostada con las piernas abiertas y él la está penetrando duro, puedo ver que la chica está exhausta pero satisfecha y no la culpo, mi deseo morboso de querer observar su pito me envuelve y me concentro ahí abajo, me he percatado que posee un atractivo trasero llamativo.

Cuando de repente sus labios de aquel hombre pronuncian mi nombre  el corazón me palpita demasiado rápido, era miedo porque creí que me había visto, pero no fue así, estaba demasiado concentrado en el acto. Estaba confundida quería reclamarle ya que no tiene porque nombrarme a mi cuando está con otra, el hecho de que yo sea su esposa no le da ningún derecho a confundirme con una de ellas... Una de sus sumisas porque no lo soy". 

Decido irme de ahí lo más rápido posible, ni cuenta me doy que choque con una pequeña mesa donde se resbalo un jarrón se ha roto pero nadie escuchó nada, tampoco me quedo a recoger los pedazos, debo regresar de inmediato a mi habitación y espero que no sospeche de mi por la gran estupidez de dejar caer un jarrón, pero si me dice algo yo le diré que lo escuché decir mi nombre cuando cogía con esa mujer. Se que lo querrá negar todo y será un cuento que no tendrá fin. Vaya sorpresa que me he llevado, lo extraño es que ahora siento es intriga, y buscar el... ¿Por qué dijo mi nombre?.

No soy su tipo, él me lo ha recalcado varias veces, me mira con desprecio, me llama zorrita y no por mi nombre, ¿Cómo es posible que si pronuncie mi nombre en un acto sexual dónde la que se coge es a otra?. ¿Fantaseara conmigo?.

Una especie de confusión inunda mi rostro, entonces lo analizó por unos segundos y me percato que quizás queda una mínima posibilidad que yo le guste, tenga ganas de cogeme y él se comporta indiferente porque sino lo hace le afecto a su gran ego. O tal vez son ideas locas. Quisiera saber la respuesta y la única manera de hacerlo es "Provocar al demonio". 

Estoy más que convencida de hacerlo, total es un gran desafío del cuál estoy dispuesta a vivir y quizás así no me sentiré tan poca cosa para un hombre si obtengo algo sin llegar al sexo.

Ser seductora, como una vez quizás lo fui con mi ex.

Me levanto pronto y me dirijo a la cocina, por lo menos sé dónde se encuentra, él no se ha levantado, probablemente sigue dormido por el exceso de ejercicio que realizó anoche.

Así me dará tiempo de hacer un buen desayuno. Me concentro a realizar un buen "desayuno japonés tradicional".

Pienso hacer un arroz blanco hervido conocido como "shirogohan".
Abro el refrigerador y busco pescado, por fortuna tiene así que escojo el más grande que tiene, aunque no sé si se lo termine, pero si prueba una vagina, que no quiera consumir un pescado ya sería avaricia de su parte. Debe estar perfectamente frito. El dilema es que yo sólo sé preparar comida con música así que decidí encender la radio que estaba en una mesita cerca de la entrada y busco una estación que me agrade.

Empiezo a bailar al ritmo de la música mientras frío el pescado.

Suena una canción que me gusta mucho, es en inglés, por fortuna le entiendo y es perfecta para la ocasión. "Strip that down" de Lyam Pane.

Cuando de repente mi trance y concentración se sale de control cuando la misma voz de anoche me ha hablado.

¿Qué estás haciendo?.

Detengo mi baile y me giró de inmediato. —El desayuno—. No pude evitar sonrojarme, sus ojos me miraban sin expresión alguna.

—Veo que tomas en serio el papel de cocinera— se burla. Eso me gusta zorrita...

La canción aún continua, veo que toma asiento y ha tomado un periódico que está encima de la mesa, se ve tan perfecto en ese traje negro dejo de mirarlo y me giró para continuar friendo el pescado. Con mi baile sensual en acción.

Él levanta la voz...

—¿Que es ese jodido ruido?.

—La radio— respondo irónica.

Él decide ignorame y yo continúo moviéndome.

¿Puedes dejar de hacer eso?.

—¿Qué?.

—Bailar en frente de la estufa, podría causar un accidente.

—Yo siempre lo hago— me muevo más sensualmente. Nunca me ha pasado nada. ¿Acaso tienes miedo que algo me suceda?.

Me acerco a él con una sonrisa peculiar, mordiéndose el labio recargando mis hombros sobre la mesa para mirarlo directamente a los ojos, puedo percibir su incómodidad, rodó los ojos en otra dirección.

¡Por supuesto que no zorrita!— se levanta de la mesa furioso, aventando el periódico de la mesa y veo que se marcha.

¿A dónde vas?.

—Tengo cosas que hacer y la verdad no tengo apetito, gracias...

«No de mi desayuno, pero si de una mujer desnuda para pronunciar mi nombre en su presencia», pensé furiosa, deseaba aventarle el pescado en lindo traje Gucci o en la cabeza para que reaccione el muy idiota.

Este capítulo también es dedicado a mi hermosa Wall, no puedo asimilar tu muerte todavía 😭

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Este capítulo también es dedicado a mi hermosa Wall, no puedo asimilar tu muerte todavía 😭

50 Demonios escondidos del señor Sesshomaru (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora