Una conversación con el ex

580 92 142
                                    

Capítulo 93:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 93:

Esto sería bastante difícil, estar cerca de Bakotsu se me llena la cabeza de ideas y recuerdos, nítidos y nostálgicos.
¿Quién dijo que un recuerdo no puede ser despiadado?.

El mío lo ha sido porque así me es difícil decir adiós. Creo que aún lo amo, no estoy segura. Sin embargo hemos llegado a aquel viejo restaurante donde fue testigo de una de las noches más felices de mi existencia.

Bakotsu realmente quiere recuperarme. Nos hemos sentado en el mismo lugar, esa mesa cerca de la ventana donde  a lo lejos puedo mirar las ramas de aquellos cerezos sobre el boulevard. Había una reservación para dos.

—¿Buscas méritos de reconciliación?.

—Y tú, estás muy callada, casi ausente.

—No tengo mucho que decir— encogí los hombros.

Él puso un rostro de disgusta.

Después un mesero ha llegado a darnos el menú. —¡Gracias!.

No sabía que ordenar. No tengo hambre y había muchos platillos en el menú pero ninguno tenía un nombre antojable. Así que giro la cabeza hacia los comensales y observo uno que sea antojable ante mi vista.

Contemplé lo que me rodeaba hasta que mi vista captó algo, y por consiguiente me llegó un recuerdo consigo. Aquel platillo eran unos  
dumplings, similares como los que mi suegra hizo para mi esposo. No puedo evitar sonreír por aquello. Ahora entiendo lo que significa "recordar es vivir". La sensación es tan real como si estuvieras ahí. Ahora sólo viviré de recuerdos.

—¡Quiero un platillo como ese!— lo señalé con el dedo, en dirección a la mesa de una pareja de ancianos.

El mesero giro la cabeza y Bakotsu ambos clavaron sus ojos en aquella dirección.

—¿Los dumpling?— pregunto el trabajador del restaurante.

Si...

Bakotsu ahora me observa confundido. —Que yo sepa no te gustan esas bolas— añadió, cerrando el libro del menú.

—Hay muchas cosas que cambian con el tiempo, «creo que yo he cambiado», pensé.

Él sólo sonríe sin decirme nada.

El mesero ahora dirigió la mirada a mi acompañante.
—¿Qué va a pedir usted, señor?.

—Un ramen tradicional.

El mesero anoto las órdenes y se fué.

Otra vez solos. Bakotsu toca mis manos con ternura, me agarró desprevenida sin embargo no las retire.

¿Qué hiciste en mi ausencia?.

—Nada...

—No te escucho tan convencida.

50 Demonios escondidos del señor Sesshomaru (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora