Una sonrisa se ha ido, las alucinaciones de Rin

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Antes de comenzar, sólo quiero compartir algo pequeño que escribí para alguien que he amado desde hace tiempo, mañana es su cumpleaños, tenía planeado regalarle mi historia, no la termine, pero le escribí algo y quisiera compartirlo para que me de...

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Antes de comenzar, sólo quiero compartir algo pequeño que escribí para alguien que he amado desde hace tiempo, mañana es su cumpleaños, tenía planeado regalarle mi historia, no la termine, pero le escribí algo y quisiera compartirlo para que me den su opinión sincera, porque así sabre si se la envió o no.  Sin embargo aquí está escrito este pequeño detalle, aún sin saber si lo valorará o no al menos tendré la satisfacción que lo hice, tal vez después me anime a darle una novela, no fanfic porque llama a lo bueno caricaturas pero si otra clase de historia. Me entró la idea loca de enseñarle esta historia pero ¿Qué me garantiza que lo leerá sino le gusta el anime? Simplemente nada...

 Me entró la idea loca de enseñarle esta historia pero ¿Qué me garantiza que lo leerá sino le gusta el anime? Simplemente nada

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El viaje de Wil:

Las noches de invierno, son más hermosas, profundamente tranquilas, el frío emana en todos los alrededores, y él sigue conduciendo, sobre el asfalto empapado de nieve, el frío es excesivo que ha empañado el interior de la camioneta, mezclándose con el vaho de interior de su boca, calando hasta el último poro de su cuerpo, los vellos erizados en toda su nuca, podría casi escucharlo tiritar congelandóse sólo lleva unas prendas muy delgadas, se impregnan entre el vidrio no polarizado. Sus obres esmeraldas están casi por cerrarse, ha sido un largo viaje y la soledad del interior es tan calmado y relajante, más de la cuenta. Decidió encender el radio para ahuyentar el sueño que lo acompaña. Pero Wilfrido debe continuar hasta la última estación. Es difícil de comprender pero sigue su camino a pesar del mal clima. Su estómago está vacío, para calmar el hambre y la ansiedad producida por la desesperación ha encendido un pitillo, inhala el humo hasta llenar sus pulmones por ciertos segundos y luego exhala por la boca. El piltilo permanece en sus labios sostenido por sus dientes fuertemente, debe ser precavido, un movimiento en falso y todo terminaría en desgracia. Y Wilfrido sigue su curso en esa Grand Cherokee Laredo blanca que la aprecia más que su vida, es su compañera de aventuras, viajes, anécdotas y encuentros. Una Jeep como ninguna otra. Está casi por llegar a su destino, que será momentáneo porque él seguirá huyendo. Pero..., ¿De quién exactamente? De su pasado, de él mismo o de un error cometido. Si tan sólo es un hombre de 30 años, hoy los cumplió, no hubo festejos ni pastel o regalos sólo un largo y cansado viaje sin un lugar específico a dónde quedarse. Su huida tiene una justificación, tal vez, o simplemente quiere conocer otros lugares llenos de nieve y bañados de copos y estrellas brillantes. Supongo que eso es, no lo sé no lo conozco lo suficientemente para saberlo, pero de alguna manera lo entiendo. Porque su corazón y el motor de esa camioneta son uno mismo, hay alguien que lo observa y quisiera pertenecer al mundo que conoce Wilfrido pero la Jeep que conocía hace mucho tiempo que dejó de existir, sólo se conforma con mirarlo a lo lejos a través de la ventana. Quisiera hablarle, pero su seriedad confunde porque no cree que sea frío como aquellos tipos que salen en los libros o los personajes de anime, sin embargo tiene parecido a uno,
de alguna manera se ha convertido en su Kirinmaru de carne y hueso. Y él sigue conduciendo el alborada choca con sus orbes cansados casi nublado la vista, pero es lo más bello que aquellos ojos llenos de mitisismo han contemplado, se le ha iluminado una sonrisa amplia en todo su rostro refleja alguna emoción que desconoce pero se siente satisfecho por su viaje. Llegó aquel cerro impregnado de aquél aire fresco y naturaleza en todo su al rededor. Y se ha posicionado en aquel lugar que visita con regularidad mirando hacia el horizonte. Ha estacionado la Jeep y se ha colocado sobre un árbol suspira por aquella belleza que está observando por unos segundos cierra los ojos y pide un deseo. ¿Cuál es su deseo? No lo sé, sólo espero que sea uno bueno y positivo, espero se le cumpla, merece ser feliz, merece todo aquello que ha soñado, merece ser abrazado y escuchado por todos aquellos que lo quieren. No puedo mandarle un abrazo, sólo puedo escribirle aquello que creo que es su vida.

50 Demonios escondidos del señor Sesshomaru (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora