Mi querida señorita Kagome

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Capítulo 85:

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Capítulo 85:

Después de haber terminado de bañarme me llegó la sensación de una terrible impotencia y enojo por los actos tan inmaduros de mi mujer. Sin embargo trato o consigo comprenderla pero me es tan difícil aceptarlo. Así que he decidido encerrarme en la habitación buscando la manera de liberar mis emociones. Sin embargo no sé cómo, así que opté por la única mejor manera que sé.

El alcohol es la mejor medicina y la mejor solución cuando no ves la salida. Hoy será mi fiel compañero.
Decido gritarle a todo pulmón a mi compañero de vida, Jaken quién me entiende de la mejor manera.

Llaga a la habitación apresuradamente. —¿Llamo usted amo?.

—¡Tráeme una botella de Wisky!.

Me observa sorprendido y se ha quedado estético no comprende lo que está pasando.

Ella se marcha para siempre a Tokyo...

Mi sirviente abre los ojos como platos la noticia le cae de sorpresa.

—No supera mi desliz con Sango.

Ahora tiene la boca abierta, su expresión me recuerda a una persona homosexual. —Y bien... Necesito mi botella ahora mismo— le ordeno tronando los dedos.

Lo que usted ordene, amo— haciendo una reverencia, da media vuelta y se marcha.

Mis impulsos no son controlados cuando pierdo el control o la cordura empiezo hacer destrozos con todo aquello que se me presenta en el camino. Tiro, aviento y golpeo hasta que consiga un poco de calma. Segundos después veo regresar a Jaken con una botella en las manos.

¡Dámela!— exijo, extiendo mi mano para recibirla. Pero Jaken se mantiene renuente al entregarme la botella.  Mi respiración se acelera. —¡Te estoy diciendo que me la des carajo!.

El baja la mirada, respira profundo entre susurros me habla.

Si ama a esa mujer no tome, y mejor trate de hablar con ella porque usted la ama, me doy cuenta.

—Lo intente, pero no funcionó.

Encojí los hombros y bufé.

Quizá no ha intentado lo suficiente— sonríe levemente y me entrega la botella. —Abra su corazón amo y diga lo que siente aunque eso le cueste trabajo.

Era un buen consejo, aquellos que nunca me dió mi padre.

Si va a tomar el alcohol, hágalo pero para que le dé fuerzas para abrir su corazón y diga lo que siente. Dicen que los niños y los borrachos, siempre hablan con la verdad.

Eso es cierto, o al menos eso es lo que he escuchado.

—¿Entonces qué hago?... Tomo tres copas de Wisky y después voy a su habitación y la hago mía nuevamente para que no se marche.

50 Demonios escondidos del señor Sesshomaru (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora